Nueva evidencia científica extraída de recientes estudios ha sido analizada por los expertos durante el simposio, ‘Aplicación de cambios en la práctica clínica para mejorar el tratamiento de la EII´, organizado por la biofarmacéutica AbbVie, en el marco del XXVII Congreso de la Sociedad Catalana de Digestología, del que se concluye que debe optimizarse el anti-TNF HUMIRA (adalimumab), para asegurar que el paciente recibe todos los beneficios que puede ofrecerle la terapia. Con este nuevo paradigma, en el tratamiento de la Enfermedad Inflamatoria Intestinal (EII), llamado ‘Treat To Target’ se fija un objetivo de tratamiento, según los factores de riesgo de progresión del paciente, se monitoriza estrechamente y se optimiza la terapia.
Según el Dr. Xavier Aldeguer Manté del Hospital Universitari Doctor Josep Trueta de Girona, moderador del simposio, “los estudios clínicos realizados son muy útiles a la hora de adoptar una terapia específica y demostrar de manera personalizada la efectividad del fármaco y su eficacia en la práctica clínica diaria. La optimización del tratamiento y la toma de decisiones en la monitorización de la inflamación son clave para poder realizar un mejor pronóstico”.
Entre las principales conclusiones, destaca que la optimización de la dosis con el anti –TNF HUMIRA, o añadir otro inmunosupresor coadyuvante, son estrategias que permiten recuperar la respuesta en pacientes con EII que la han perdido.
Según la Dra. Virginia Robles, del Hospital Vall d´Hebron, en Barcelona: “en la práctica clínica disponemos de distintas herramientas que nos permiten guiar nuestras decisiones terapéuticas y ayudan a escoger la mejor estrategia de optimización de la terapia antiTNF”.
Por su parte el estudio CALM, llevado a cabo por AbbVie, es el primero en demostrar que una estrategia de monitorización estrecha basada en biomarcadores (Calprotectina fecal y/o PCR) con el anti-TNF HUMIRA, logra mejores resultados clínicos y endoscópicos en la enfermedad de Crohn (EC) comparado con un manejo clínico basado en evaluación de síntomas simplemente1. “En este sentido, adaptar el tratamiento a las necesidades del paciente es clave para inducir y mantener la remisión clínica, prevenir las complicaciones y mejorar la calidad de vida de los pacientes”, señala el Dr. Albert Villoria Ferrer Corporació Sanitària Parc Taulí, en Sabadell, Barcelona.
El experto añade que es preferible no centrarse solo en los síntomas y apostar por unos resultados a largo plazo. Para ello, “se recomienda evaluar las características pronosticas de los pacientes para identificar la necesidad de una intervención precoz”.
Sobre la EII La Enfermedad Inflamatoria Intestinal afecta a unas 130.000 personas en España, dónde cada año se diagnostican 2.000 nuevos casos. Se define como un grupo de trastornos inflamatorios que engloba dos enfermedades: la enfermedad de Crohn y la colitis ulcerosa. Se trata de una patología de causa desconocida pero mediada inmunológicamente, cuyos síntomas son muy variados y suelen incluir la diarrea con sangre o el dolor abdominal. El curso de la enfermedad a lo largo del tiempo produce discapacidad en una proporción significativa de pacientes.
Durante el desarrollo de la enfermedad, se pueden presentar complicaciones, tanto intestinales (oclusión intestinal, fístulas, abscesos, deficiencias nutricionales, etc.), como extraintestinales (dermatológicas, reumatológicas, oculares y hepatobiliares). El curso de la enfermedad es impredecible, con periodos de remisión y recaídas y, en muchos casos, llegan a requerir hospitalizaciones e intervenciones quirúrgicas. La cronicidad de la enfermedad, los controles periódicos, un tratamiento farmacológico continuado y la posible necesidad de intervenciones quirúrgicas tienen una gran repercusión en la vida familiar, laboral y social del paciente y condicionan considerablemente su percepción de salud y su calidad de vida.
|