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No hay mejor ironía en la historia que el hecho de que Santa Gertrudis de Nivelles, monja benedictina del siglo VII, haya terminado siendo venerada como la santa patrona de los gatos. Sí, esos felinos a los que se asocia con el misterio, amados, venerados y odiados por los de menos luces, los compañeros en fábulas e historietas de brujas y marineros, han encontrado una aliada en una santa que, probablemente, nunca acariciara a uno de ellos; o sí, quién sabe.
El bailarín, coreógrafo, guionista, director y actor Rafael Amargo, en su madurez y tras enfrentarse al éxito y también al sacrificio y, en ocasiones, a la injusticia de no ser comprendido, se ha convertido no sólo en un artista único, sino en una persona comprometida y mucho más humana. Esta entrevista nos acerca más a la persona que al artista que todos conocemos y que ha recibido prestigiosos premios. Ahora, Rafael Amargo, como ave fénix, se reinventa nuevamente.
En menos de una década, Isabel la Católica, con su mano firme y su voluntad de hierro, levantó de las cenizas un reino que se desmoronaba, un reino que apenas aguantaba en pie entre traiciones y discordias. Logró lo que siglos de monarcas no habían conseguido: convertir un reino moribundo en una potencia mundial, capaz de alzar su voz en las cortes europeas y marcar el destino de medio mundo.
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