Hay muchas personas a las que les encanta soñar, tener metas y objetivos que cumplir, seguro que conoces a alguna. Sin embargo, hay otras personas a las que les va muy bien, porque no sólo tienen metas, sino porque también hacen buenos planes y las cumplen. La fórmula del éxito nos ayuda a hacer realidad la vida profesional y personal que deseamos. Hoy te hablaré de ella.
Metas + Plan + Acción = Éxito
Metas
En el mundo en que vivimos tener metas no es nada nuevo, casi todos nosotros tendríamos alguna cosa que nos gustaría alcanzar. Aunque bien es cierto que la mayoría de las personas piensan que tienen una meta, cuando en realidad lo único que tienen es una intención:
Mejorar la salud, ganar más dinero, tener más tiempo libre, leer más, disfrutar más de la vida no son metas. Son simples intenciones que se quedarán en eso, ganas de hacer algo.
Si no sólo tienes intenciones, sino que tienes una meta, entonces permíteme darte la bienvenida, ¡eres del 5% de la población que se pone metas concretas!
Adelgazar 10 kg, dejar de fumar en un año, salir de trabajar a las 6pm tres días a la semana, leer un libro cada mes, jugar con mis hijos al menos una hora cada día. Son metas concretas.
No es muy habitual escuchar que las personas tienen metas, como dije en este artículo tienen intenciones. Las metas son concretas, tangibles y específicas, si quieres utilizar este acrónimo te vendrá bien.
Lo que hace falta para ponerse metas es inspiración. Quizás esa inspiración te venga de otras personas, de una película que has visto o de cualquier otro lugar. Sin inspiración no hay metas. Si hubiera un personaje que represente esta parte de la fórmula sería el mago, el que a través del pensamiento mágico define sus objetivos, sin limitaciones.
Plan
El plan es lo que hará posible la meta. Sin plan es imposible el compromiso, ya que la persona no sabe hacia dónde dirigirse. Cuando tenemos una meta pero no tenemos un plan, lo más probable es que no nos pongamos a caminar hacia ella.
Imagina que quiero escribir un nuevo libro sobre equipos en el próximo año. Esa es la meta.
Pero ¿Y el plan? En el plan tienen que haber detalles sobre cuándo haré el briefing inicial, qué bibliografía y estudios tendré que repasar y las fechas concretas para escribirlo todo, así como el tiempo necesario para enviarlo a varias personas para recibir su feedback y correciones.
Imagina que quieres perder peso. Pues tendrá que haber un plan sobre qué alimentos vas a eliminar de tu dieta, cuántas comidas vas a llevar a cabo, qué libros vas a leer, a qué profesionales vas a visitar… Sin plan no hay acción correcta.
Lo que hace falta para hacer el plan es concreción. Sin exactitud todo es demasiado improbable. Tener capacidad de planificación y organización es fundamental. Si hubiera un personaje que represente esta parte de la fórmula sería el guerrero. Aquel que una vez inspirado en una estrategia, traza un plan sobre los detalles de su próximo asalto.
Acción
Sin embargo, me doy cuenta de que hay muchas personas que hacen planes que no se cumplen. Hay muchas empresas excelentes en hacer planes con sus empleados, pero que no se llevan a cabo porque falta la acción.
La acción requiere de algo más, de mucha más complejidad, es la parte más difícil porque en este caso sí que se nos está pidiendo trabajar, llevar a cabo esfuerzos. Si mi plan es escribir un libro, esto es bien fácil, sólo es un plan sobre el papel. Pero cuando tenga que despertarme a las 5am durante más de 15 días para llevarlo a cabo, esto quizás sea más complicado.
La acción requiere una correcta gestión del tiempo, de la energía, de las interrupciones, de la fuerza de voluntad…
Lo que hace falta para lograr la acción es el compromiso, ya que es quien te hará lograrlo. Quizás el arquetipo que mejor le quedaría a esta parte de la fórmula sería el artesano, aquel que cada día sigue las mismas rutinas con concreción hasta lograr lo que desea.
Si consigues no sólo tener metas, sino que además tienes un plan y eres un hombre o una mujer de acción, entonces estás en ese 1% de la población que logran resultados excelentes.
Para muchas personas es difícil actuar como un mago, un guerrero y un artesano al mismo tiempo, y eso es lo que hace que no lleguen a alcanzar sus deseos. Sin embargo, si consigues desarrollar estas tres partes de ti y llevarlas a la práctica, te puedo asegurar que habrán cambios visibles, sólidos y motivadores en tu vida
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