Actualmente, las pequeñas y medianas empresas tienen ante sí el reto de reconvertir sus procesos de negocio y reconsiderar sus estrategias en la búsqueda del éxito empresarial. De acuerdo con la última Encuesta Mundial de CEOs elaborada por la consultora PwC, un cuarto de los encuestados señalaba la innovación como la principal prioridad para sus empresas durante 2018. Asimismo, también destacaba el capital humano, la competitividad, la experiencia de cliente o las capacidades tecnológicas.
Este deseo de innovar y de crecer no suele ser tan fácil de llevar a cabo: el afán por identificar nuevas áreas de crecimiento, oportunidades y establecer planes de éxito a largo plazo puede ser difícil tanto para las compañías consolidadas como para las start-ups.
Teniendo en cuenta este contexto, Sage ha desarrollado los cinco procesos que debe llevar a cabo una empresa para mejorar su planificación y estructurar su proceso de crecimiento:
1. Contar con el personal adecuado Es un proceso crítico para las empresas el establecimiento de los requisitos y experiencia que debe tener el personal de los equipos, así como el rol que jugarán una vez se incorporen a la compañía. Es importante valorar si el tipo de profesional que se requiere es aquel con habilidades múltiples, válido para desempeñar su rol en distintas áreas del negocio, o buscar un profesional especializado que ocupe los vacíos de expertise de la empresa y ayude a acelerar nuevas áreas de negocio.
El capital humano ha de ser tan diverso como el cliente para el que se presta un servicio. Contar con diversidad en la plantilla de profesionales, a nivel de género, nacionalidad, experiencia, etc. ayudará a las empresas a mejorar su percepción a la hora de ofertar productos y servicios a sociedades cada vez más diversas. Ejemplo de ello es un estudio de McKinsey que sugiere que las compañías con diversidad de empleados a nivel de género y etnia conseguen un beneficio extra del 35%.
2. Enfocar el negocio al cliente El éxito de toda compañía se basa en la obtención de nuevos clientes y su posterior fidelización. Las empresas que enfocan su negocio en los clientes son un 60% más rentables; y es importante que mantengan este punto de vista a lo largo de toda su vida empresarial, y no sólo a la hora de iniciar su actividad en el mercado, como suele ocurrir. Para abordar esta situación, es necesario analizar la base de clientes actual para detectar las fortalezas y debilidades sobre el rendimiento de la empresa cuando retiene clientes, así como prestar mucha atención a las tendencias del mercado. Realizar encuestas, entrevistar a clientes nuevos, actuales y a aquellos que por diversos motivos se dieron de baja, y escucharles de manera activa para actuar en consecuencia.
La revolución digital y el desarrollo de nuevas tecnologías relacionadas con la comunicación nos permiten generar conversaciones bidireccionales en tiempo real, así como desarrollar comunidades de usuarios activas y eficaces. Un mayor impulso en la inversión en atención al cliente y customer experience para desarrollar nuevos modelos de relación ayudará a fortalecer la confianza de los clientes.
3. Adaptación a las tecnologías cambiantes El uso de las tecnologías supone, también, un gran abanico de posibilidades para las empresas a la hora de mejorar sus operaciones y contribuir al crecimiento. La adopción de servicios basados en la nube, por ejemplo, es una forma de reducir las infraestructura de IT establecidas, no sólo reduciendo los costes y mejorando la eficiencia, sino liberando al equipo de IT para explorar nuevas formas de utilizar la tecnología emergente que mejorará el negocio en lugar de simplemente reaccionar ante los problemas.
La misma tecnología también puede brindar flexibilidad a los trabajadores para trabajar en remoto, lo que les permite una mayor flexibilidad a la hora de gestionar las tareas cotidianas. La tecnología permite, además, liberar equipos para llevar a cabo tareas más innovadoras y estratégicas que refuercen directamente el crecimiento del negocio y el resultado final. Usada correctamente, la tecnología permite a las empresas ser más innovadoras, productivas y sentar las bases para la siguiente etapa de crecimiento.
4. Adelantarse a los acontecimientos Impulsar las ventas a corto plazo a través de promociones y nuevos productos y servicios ayudará a generar ingresos, pero no es la forma más adecuada de posicionar a las empresas para un crecimiento sostenido a largo plazo. Las empresas deben tener una visión más amplia y tener estrategias para adelantarse a las tendencias del mercado y de los clientes, y mantenerse a la vanguardia de la competencia.
Esto requiere una visión más holística y a más largo plazo de las operaciones y negocios de su compañía: la visión de su compañía, las estrategias de ventas, el posicionamiento en el mercado, su fuerza laboral, su infraestructura tecnológica y sus procesos, etc.
Este análisis puede ayudar a que el negocio sea más eficiente y efectivo, así como a crear nuevas oportunidades de ingresos y a identificar formas de reducir los riesgos.
5. Focalizarse en el propio negocio y no en la competencia En lugar de enfocarse en la competencia, las empresas deben invertir tiempo y recursos en comprender mejor su propio negocio, incluyendo el desarrollo de sus equipos y el compromiso con los empleados. Un reciente informe sobre el compromiso de los empleados señala que un aumento del 50% en la participación activa de los empleados en aspectos estratégicos para la compañía equivale a un 3% en el crecimiento de los ingresos en el año siguiente.
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