En España, 330.000 personas sufren limitación en su capacidad funcional por haber sufrido un ictus. La detección del ictus de forma precoz, así como un tratamiento temprano, es fundamental para aumentar la probabilidad de recuperación a través de la Rehabilitación. En función de la zona del cerebro que se lesione, el ictus puede tener consecuencias muy variadas: desde limitaciones físicas como la pérdida de la movilidad, hasta dificultades en el habla, descoordinación o problemas de percepción espacial.
La Rehabilitación busca minimizar las secuelas experimentadas por el paciente que ha sufrido un ictus, así como facilitar su reintegración social. Por esta razón, la campaña de concienciación social #GeneraciónINVICTUS de Boehringer Ingelheim dedica uno de sus ejes a destacar el importante papel de la Rehabilitación en la recuperación tras sufrir un ictus.
Desde la Fundación DACER, que tiene como misión minimizar los déficits, potenciar las capacidades preservadas y proporcionar estrategias eficaces para conseguir la máxima autonomía del paciente, recuerdan que “es esencial empezar el trabajo de Rehabilitación desde los primeros días, en base a las características de cada paciente, para aumentar la capacidad de recuperación”, explica Lorena Rodríguez, Vicepresidenta de la Fundación. “Además de ayudar a su recuperación, asistir a las sesiones de Rehabilitación permite a los pacientes que han sufrido un ictus socializarse y conocer otras personas que han pasado por su misma situación.”
Para contribuir al mantenimiento de los avances conseguidos a través de la Rehabilitación con los profesionales médicos, los expertos de la Fundación DACER proponen cinco áreas en las que centrar los esfuerzos con ejercicios a poder completar en el domicilio:
COORDINACIÓN Uno de los síntomas habituales tras sufrir un ictus es la dificultad para coordinar. Trabajando ejercicios como subir y bajar un escalón, ya sea sentado o de pie, acompañando con los brazos, ayudará al paciente no solo a mejorar su coordinación sino también su capacidad cardiorrespiratoria y los perfiles lipídicos, optimizando el sistema musculoesquelético y reduciendo además, el riesgo de osteoporosis.
RESPIRACIÓN Para mantener una buena mecánica respiratoria, mejorando la movilidad de los pulmones y previniendo infecciones, se puede sujetar con ambas manos un vaso con agua y una pajita, aspirando el aire de forma natural por la nariz y expulsándolo por la pajita.
FUERZA Debe trabajarse continuamente la fuerza para evitar acortamientos de los músculos flexores y deformidades, especialmente en los miembros afectados. Puede utilizarse una goma o cuerda para abrir los brazos en cruz, estirando la goma; o sostenernos con una mano para levantarnos y sentarnos en una silla.
EQUILIBRIO
Similar a la coordinación, el equilibrio tiende a verse afectado. Ejercicios como agacharse en cuclillas mientras se apoya una mano en suelo también pueden aplicarse a la vida diaria; por ejemplo, al poner los platos en el lavavajillas.
DESTREZA Recuperar la soltura de dedos y muñecas permitirá recuperar la funcionalidad del miembro afectado. Para ello, se puede realizar el movimiento completo de comer un yogur, sujetando con una mano el envase y con la otra la cuchara.
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