Cada año, con la llegada del frio y cuando aparecen los primeros
resfriados y gripes renace la polémica sobre la eficacia y la importancia de vacunarse contra la
gripe. Desde la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (SEPAR), los expertos
recomiendan vacunarse tanto de la vacuna de la gripe como de la neumonía, especialmente en
los grupos de riesgo. Argumentan que son más los beneficios que los riesgos, pues mediante la
vacunación se pude prevenir la gripe con una eficacia del 40%-60% y, en el caso de contraerla,
disminuye su gravedad.
Las infecciones respiratorias suponen una importan carga de morbilidad y mortalidad en la
población: “provocan un buen número de ingresos hospitalarios y visitas a urgencias” explica
el Dr. Francisco Sanz, neumólogo y miembro del Área de Infecciones Respiratorias de SEPAR,
“y la medida más eficaz que tenemos para prevenir las infecciones respiratorias es la
vacunación, concretamente la vacunación antigripal y antineumocócica”.
La gripe es una infecciónrespiratoria de origen vírico que se contagia a través de la tos, los
estornudos y el contacto cercano. Cada año, este virus muta su estructura por lo que cada año
la vacuna debe rediseñarse en base a los virus que circularon la temporada pasada y según
lasrecomendacionesde la Organización Mundial de la Salud (OMS). “Por este motivo, es
imprescindible la vacunación anual y tener en cuenta que son necesarias al menos dos
semanas para desarrollar la protección inmunológica”, recuerda el Dr. Sanz.
Los neumólogos recuerdan que la vacuna antigripal está indicada para mayores de 65 años o
menores de esta edad con riesgo de complicaciones debido a patologías previas como
enfermedades crónicas pulmonares, cardiovasculares, neurológicas o metabólicas (diabetes,
obesidad), insuficiencia renal, enfermedades en la sangre, pacientes con cáncer, enfermedades
neuromusculares, enfermedades del hígado o inmunosupresoras, mujeres embarazadas o niños y adolescentes que reciben tratamiento prolongado con ácido acetilsalicílico por la
posibilidad de desarrollar síndrome de Reye.
Un efecto beneficioso colateral a tener en cuenta de la vacunación antigripal es que frena el
efecto contagio. “Este efecto es destacable en las personas que trabajamos en centros de
salud, por ejemplo, pero también en residencias geriátricas donde conviven con poblacióncon
un alto factor de riesgo de complicaciones si contraen la gripe”, explica el Dr. Sanz.
Por eso también se recomienda la vacunación a personas que pueden trasmitir la gripe a
grupos vulnerablescomo los ya mencionados trabajadores sanitarios o de instituciones
geriátricas, pero también cuidadores de enfermos o personas mayores, trabajadores de
emergencias sanitarias, bomberos, cuerpos de seguridad o funcionarios de centros
penitenciarios, entre otros.
Paralelamente, las infecciones víricas como la gripe facilitan también la actuación de las
bacterias que pueden producir neumonía. La vacunación antigripal tiene un relativo efecto
protector ante la neumonía y si la persona finalmente desarrolla la enfermedad, esta suele
tener menor gravedad y menor riesgo de muerte.
Sin embargo, la infección por neumococo tiene su propia vacuna preventiva. En realidad,
existen dos vacunas: la vacuna polisacárida de 23 serotipos (VNP23) y la vacuna conjugada de
13 serotipos (VNC13). La primera protege frente a 23 tipos de neumococo, pero su inmunidad
se agota con el tiempo y necesita revacunación cada 5 años, la segunda protege frente a 13
tipos de neumococo y no necesita revacunación.
La vacuna antineumocócica puede administrarse a cualquier edad a partir de las seissemanas
de vida. Y de un modo general, los neumólogos de SEPAR la recomiendan para los mayores de
65 años o aquellos de cualquier edad que presentan enfermedades crónicas respiratorias,
hepáticas, renales, cardiovasculares, diabetes, tabaquismo y alcoholismo, y también
parapacientes inmunodeprimidos, con fístula del líquidocefalorraquídeo, implantes cocleares o
anesplenia (ausencia de bazo).
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