Lime está retirando sus patinetes eléctricos de las calles de la capital para cumplir con las exigencias del Ayuntamiento de Madrid a través de la reciente ordenanza de movilidad.
En palabras de Álvaro Salvat, director general de Lime en España: “Hemos cumplido con el mandato del Ayuntamiento de Madrid y, a pesar de diferir con la decisión, retiraremos nuestra flota para poder operar con la seguridad jurídica que los madrileños merecen. Desde el inicio de nuestra operativa, hemos ofrecido no sólo compartir nuestros datos con el ayuntamiento, sino también ofrecerles soluciones que fomenten tanto el aparcamiento cívico como la seguridad. Somos optimistas que, de la mano del ayuntamiento, los madrileños podrán pronto volver a disfrutar de una alternativa sostenible de movilidad”.
Lime comenzó a operar en junio de 2017 y desde entonces ha desplegado su modelo de transporte sostenible en más de 100 ciudades de 16 países de América, Asia, Europa y Oceanía. En cuatro meses de funcionamiento en Madrid, el servicio de Lime ha conseguido más 150.000 usuarios que han realizado un total de 500.000 viajes. Estas cifras demuestran la gran demanda social existente para alternativas de transporte sostenible, complementarias al transporte público. La compañía mantiene una plantilla de 50 empleados y más de 400 cargadores, cuya labor es recargar los patinetes en sus domicilios durante la noche.
Asimismo, Salvat considera que, tras la puesta en marcha de Madrid Central, “Madrid necesita alternativas de movilidad sostenible y Lime es ya una realidad de transporte entre los madrileños. En la ciudad cabemos todos menos la contaminación”.
Los patinetes eléctricos de Lime facilitan una movilidad sostenible y encajan en el modelo de ciudad libre de emisiones que promueve Madrid Central al servir como complemento eficiente al transporte municipal en el centro de la ciudad, evitando la congestión de tráfico y liberando espacio de aparcamiento gracias a su elevado uso.
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