Las elecciones andaluzas del 2 de diciembre pasado, han arrojado un resultado que nadie se
esperaba ni podía sospechar. Bien es verdad que el partido más votado ha sido el PSOE que hubiese
podido gobernar si éste hubiera aceptado la propuesta propugnada hace tiempo por el PP, de que
gobernase la lista más votada de las elecciones que se llevasen a cabo.
Lo cierto es que la Junta de Andalucía va a ser gobernada, por el tiempo que dure el acuerdo, por
el pacto que ha llevado a cabo el PP con Ciudadanos y con Vox, que, contra todo pronóstico ha irrumpido
en la política andaluza con una fuerza inesperada, ya que de pronosticarle, como mucho, uno o dos
escaños, lo ha hecho, nada más y nada menos, que con doce, cosa que ha cogido desprevenidos a todos y
que, desde ahora en adelante, tendrán que contar con él para poner en práctica cualquier ley o
modificación de las existentes que se propongan.
Vox, formación política a la que todas las informaciones, medios televisivos, periodísticos y
radiofónicos han considerado, poco más o menos, como un partido apestado, ha obtenido casi 400.000
votos, cosa que indica que hay tantos ciudadanos andaluces que están de acuerdo con su ideario político,
cosa que hay que tener en cuenta.
Cuatro años es muy poco tiempo para llevar a cabo la gran tarea que tienen por delante los
partidos que van a gobernar. No sólo se requiere una fuerza hercúlea para ello, sino que va a ser muy
difícil desmontar todo el aparato político, administrativo y clientelar que el PSOE ha ido entretejiendo
durante los casi cuarenta años que ha estado imponiendo su férula a los andaluces.
En Historia se considera una generación el periodo de tiempo transcurrido durante treinta años,
lo que quiere decir que hay ciudadanos en esta región que durante su vida sólo han conocido una sola
forma de gobernar, la que ha impuesto el Socialismo, por ello no es de extrañar que haya sido elegido
ininterrumpidamente durante tanto tiempo.
Es más, muchos de los colaboradores que han ocupado algún cargo en la Junta no han hecho en
su vida otra cosa nada más que esa, dedicarse a ella sin otro trabajo ni ocupación, por lo que ahora,
cuando llegue el momento de su sustitución, se van a encontrar con que no tienen otro medio de
subsistencia ya que no poseen oficio ni beneficio.
Pongamos por ejemplo un socialista que a los diecisiete años se incorporase a las Juventudes
Socialistas de Andalicía y a los veintitantos pasase a ocupar un puesto de responsabilidad en la Junta, hoy
se encuentra con que, teniendo más de cincuenta años, pierde el acomodo del que ha estado viviendo casi
toda su vida y no sabe qué hacer para buscar su sustento.
Son más de 24.000 los servidores de la administración paralela socialista que tendrán que
buscarse otro medio de vida.
El juicio por los EREs fraudulentos está tocando a su fin. Aparte de que dos expresidentes de la
Junta andaluza se encuentran en el banquillo, son muchos los implicados e inculpados, empezando por
aquel cuya madre decía que en la casa de su hijo había dinero para asar una vaca hasta el último concejal
de cualquier pueblo perdido en la geografía andaluza.
Tienen mucho que perder, pues la primera preocupación del ser humano, antes que la de la
supervivencia de la especie, es buscar el alimento para él y su familia. Ahora, cuando tengan que dejar el
puesto que ocupan, se encontrarán, muchos de ellos sin oficio ni beneficio, y con la perniciosa obligación
de tener que procurarse de comer.
Pero todo tiene su fin y ese es el que le ha sobrevenido a Susana Días y a sus correligionarios.
Desde ahora en adelante habrán de llevar a cabo el papel que le han reservado los ciudadanos
que han votado por el cambio, es decir, la oposición.
Por ello, la hostilidad que ejerzan ha de ser durísima y el camino que han de recorrer los nuevos
dirigentes será escabroso y difícil ya que tienen que desmontar todo el aparato construido durante tanto
tiempo.
No vamos a especificar cada uno de los tentáculos este pulpo de tantos brazos, pero sí decir que
hay diecinueve organismos creados y adscritos por y, a la Junta, dieciocho Consejos y Comisiones,
también pertenecientes a la misma, con la consiguiente nómina de personal que, posiblemente no se sepa
cuantos la componen.
Larga, dura, y penosa tarea tiene por delante este triunvirato que ha de regir el destino de los
andaluces durante, al menos, cuatro años. Y tanto que posiblemente no la puedan llevar a cabo.
Las dificultadas habrán de ser muchas y la animadversión desmedida, de manera que sólo nos
queda, como dicen los castizos, que decirles: “suerte, vista y al toro”.
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