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El psiquiatra Sergio Oliveros explica la relación entre trastornos psiquiátricos y violencia | |||
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Cuando suceden asesinatos como los de los niños de Godella o los hijos de Bretón, la sociedad trata de buscar una explicación en una enfermedad mental. Es difícil asumir la maldad y la violencia porque sí. El doctor Sergio Oliveros, experto en el tratamiento de enfermedades mentales, reflexiona sobre la relación que existe entre trastornos psiquiátricos y violencia
El asesinato de los dos menores de Godella presuntamente a manos de su madre hace que la sociedad se pregunte de nuevo por las enfermedades mentales. Es difícil asumir la maldad y la violencia sin una enfermedad mental por medio. Sin embargo, ni todos los asesinos sufren trastornos psiquiátricos graves ni todos los enfermos mentales cometen asesinatos. La sociedad actual parece resistirse a la idea de que la violencia forma parte de la naturaleza humana desde su origen. Junto a los primeros utensilios para cazar o cultivar la tierra se encuentran en las excavaciones arqueológicas de cualquier parte del mundo utensilios para matar y guerrear. El psiquiatra Sergio Oliveros del Grupo Oliveros, lo explica. Cada año mueren en el mundo 1.500.000 de personas de forma violenta a manos de otras personas o por suicidios y este dato es excluyendo las guerras. "Es imposible imaginar una comunidad humana grande ajena a la violencia. Lo cierto es que ésta, como cualquier otra conducta humana, queda en todo momento sujeta a una regulación intrapsíquica que la modula y la emplea de forma selectiva (guerra, empresa, lucha sindical, deporte, aplicación de la ley etc.)" -explica. Sin embargo -añade- "ocasionalmente esa regulación puede perderse en el curso de una enfermedad mental y aplicarse de forma indiscriminada". Cabe preguntarse entonces ¿la enfermedad mental incrementa netamente o en realidad reduce esta tendencia natural de la especie humana? El experto no duda: "Cuando observamos una conducta irresponsable o agresiva en la carretera o en la calle, enseguida nos viene a la cabeza frases como ‘es un loco’ o ‘está enfermo de la cabeza’ o ‘debería estar en un manicomio’. Tendemos a clasificar cualquier comportamiento inesperado como locura y considerarlo como potencialmente peligroso porque necesitamos vivir con normas y en un entorno perfectamente previsible. La ley y el orden han sido el pilar para el éxito de las civilizaciones porque han frenado las pasiones individuales (envidia, ambición desmedida, agresividad, etc.)"-sostiene el psiquiatra. Constantemente surgen hechos como los asesinatos de la madre de Godella, Ana Julia Quezada (asesina del niño Gabriel), el asesino del ‘tupper’, el asesino de la katana, los de la Doctora Mingo en la Clínica de la Concepción en Madrid o el de Diana Quer "que hacen que nos volvamos a plantear las mismas cuestiones: ¿Estaban locos? Todos ellos han hecho saltar en su momento inmediatamente en el imaginario colectivo el temor a la enfermedad mental como poderoso motor de los crímenes. Tienen que estar locos para cometerlos, pensamos" -explica el doctor Oliveros. "En contra de lo esperado, en una minoría exigua se acaba confirmando la existencia de una enfermedad mental como causa del delito. Mientras tanto, esta creencia, aparte de ser falsa (ocurre esencialmente lo contrario, como veremos), sólo ha tenido una consecuencia: incrementar el estigma, la marginación y la falta de integración social y laboral del enfermo mental"-se lamenta el experto Lo que dicen los datos En España, tan sólo un 3-5% de los asesinatos están causados por enfermos mentales graves no tratados como esquizofrenia paranoide (realizan en las reactivaciones psicóticas agresiones defensivas al sentirse perseguidos y atacados), paranoia (su violencia se centra en una sola persona en general que ocupa el núcleo de su delirio y al que responsabilizan de su desgracia), trastorno bipolar en fase maníaca (su agresividad no suele ser homicida y, si lo es, no suele ser deseada) intoxicación por drogas y demencia. En los trastornos de personalidad borderline y antisocial de personalidad la agresividad no suele perseguir el homicidio, tan sólo la descarga impulsiva e incontrolada de la ira. La cifra es 5 veces inferior a la de la población general por lo que muchos autores afirman que la enfermedad mental no incrementa si no que reduce la violencia. Datos INE. En USA, donde el acceso a las armas es más sencillo, el porcentaje aumenta hasta un 10% (Dr. Jaffe, Mental Illness Policy Org). El psiquiatra recuerda, no obstante, que "debemos destacar, que en medios occidentales, sólo un 3% de estos enfermos graves presenta en algún momento de la evolución de su enfermedad una conducta violenta grave (A. Pueyo, U. Barcelona, 2015). En conclusión, si una persona va a ser asesinada, es mucho más probable que su asesino no sea un enfermo mental y, en el caso de que esté frente a uno la probabilidad de que sufra un daño es mínima". Enfermos mentales, más víctimas que verdugos La ley en España no ayuda al psiquiatra que pretende que su paciente cumpla la medicación Pero para ello hace falta una ley, "no podemos esperar a que el manejo ambulatorio sea imposible para llevar a cabo un ingreso involuntario del paciente pues es en precisamente ese estado en el que ese 5% puede cometer los delitos"- reclama el experto. El ejemplo de los niños asesinados en Godella El Dr. Sergio Oliveros Calvo es un Psiquiatra especializado en psicoterapia orientada hacia la psicología del yo, con especial dedicación a trastornos de personalidad y trastornos por somatización; ofrece una completa e integradora visión de la enfermedad mental gracias a su sólida formación en psiquiatría y psicoterapia, y a sus más de 25 años de experiencia clínica e investigadora. Ha realizado parte de su formación en Estados Unidos y dirigido numerosas investigaciones científicas. Sus conocimientos y trayectoria profesional le han valido para ser docente en numerosos centros, tanto en España como en Estados Unidos. |
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