El Atlético de Madrid ha logrado alargar el desenlace de LaLiga Santander tras batir este sábado al Real Valladolid (1-0), partido resuelto con un gol en propia puerta del central visitante Joaquín y en el que los locales se han agarrado a Jan Oblak y a una polémica decisión del VAR para complicar el futuro de su rival en la máxima categoría.
Necesitaba sumar el Atlético su cuarto triunfo consecutivo para obligar al Barcelona a imponerse al Levante si quería proclamarse campeón y lo logró en un partido pobre con suspense hasta los instantes finales, ya que el Valladolid reclamó un penalti por mano de Arias en el minuto 86.
Melero López se acercó a la banda para comprobar la jugada en la pantalla y no vio infracción punible, liquidando así la penúltima opción de los visitantes, que hicieron méritos para puntuar. Oblak se encargaría después de poner el colofón.
Simeone alineó a todos sus titulares habituales a excepción de Rodrigo, que cedió la manija del equipo a Thomas Partey, mientras que el Valladolid disputó el primer partido de su historia en el Wanda Metropolitano con el dibujo habitual de dos delanteros y Sergi Guardiola como hombre más incisivo.
Suyos fueron los dos acercamientos del equipo blanquivioleta en la primera parte, dos buenos disparos resueltos con solvencia por un Jan Oblak que volvió a demostrar por qué está a punto de certificar su cuarto Trofeo Zamora consecutivo.
Un par de buenas ocasiones disfrutó también Antoine Griezmann en la primera mitad, una que se marchó fuera por muy poco y la otra resuelta con estirada de Jordi Masip. Al Atlético le costaba morder a un Valladolid bien pertrechado atrás y decidido a no arriesgar en ningún momento en la salida de balón, sin remordimientos para regalar la pelota en largo.
OBLAK Y EL VAR CONDENAN AL VALLADOLID
El 'Cholo' no tardó en mover al equipo. Metió a Rodrigo en el descanso y poco después a su agitador oficial, Ángel Correa, que nada más salir dejó una gran jugada en la que sentó dos veces a Nacho. Sin embargo, el gol iba a llegar por la banda izquierda, donde Sául Ñíguez se situó en el lateral por el relevado Filipe Luis.
El internacional español apuró la línea de fondo y centró para que Joaquín rematara accidentalmente hacia su propia portería para sorpresa de Masip, que ni vio pasar el balón. Una jugada fea movía el marcador en un encuentro soporífero. Ni siquiera el gol resultaba atractivo, pero sí perfectamente válido para el Atlético, que se adelantaba en el minuto 66.
No tuvieron los locales ambición para matar el partido y estuvo a punto de salirles muy caro, ya que el Pucela rozó el empate, primero con un tiro de fuera del área de Óscar Plano y, sobre todo, con un remate del canterano Miguel casi con el tiempo cumplido.
Oblak tiró de repertorio, volvió a exhibir reflejos y atrapó el balón para dejar el triunfo en casa, dejando al Valladolid pendiente del Girona, que le meterá en zona de descenso si gana este domingo en casa al Sevilla.
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