El RC Celta dio un gran paso por la salvación este sábado al ganar (2-0) al FC Barcelona en la jornada 36 de LaLiga Santander, gracias a un bonito gol de volea de Maxi Gómez en la segunda parte rubricado por otro de Aspas de penalti, para aprovechar el 'plan B' del ya campeón, sin titulares pensando en asegurar el martes su billete a la final de Liga de Campeones.
El cuadro gallego fue 'in crescendo' hasta imponer su necesidad, que ahora mitiga bastante con 40 puntos, a la espera de que termine la jornada, cinco por encima del descenso. Tras 23 partidos sin perder, desde el mes de enero en Copa, o desde la jornada 12 de liga, el Barça salió derrotado, aunque sin nada en juego, ya que venía de cantar el alirón liguero siete días antes. Lo peor para el campeón fue la lesión de inicio de Dembélé.
Ernesto Valverde dejó en Barcelona a ocho titulares del 3-0 contra el Liverpool del pasado miércoles, pensando en llegar fresco a la vuelta en Anfield del martes. Como ante el Huesca, el Barça salió con un equipo de poco habituales que apenas funcionó unos minutos. El Celta se decidió a ir a por la victoria tras el descanso y, con dos partidos por delante, saborea la permanencia.
El cuadro celeste quiso masticar bien el partido, dosificar esfuerzos y no picar tampoco el orgullo del 'plan B' de Valverde. Sin embargo, pronto Escribá se dio cuenta de que el monólogo azulgrana podía dejar mucho antes sin gasolina a los locales, además del riesgo de ceder el protagonismo al rival. El Celta se la jugaba y poco a poco subió enteros, en presión y juego vertical.
La lesión de Dembélé no llegó a dejarse notar. A los seis minutos el francés se rompió en una arrancada y pidió el cambio con el que hizo su debut oficial Collado. 'El Mosquito' eso sí dejó huérfano a la parcela ofensiva en la que Malcom se dio alguna carrera y Boateng dio más motivos para seguir alucinando con su fichaje. No parecía tener gol el Barça, pero sí tuvo mucho control del juego.
El centro del campo visitante de Arthur, Aleñá y Riqui Puig se gustó por momentos. Un dominio total que no tuvo socios arriba, un desmarque bueno o un rematador. Escribá movió algo el dibujo y pidió presión a ese juego de salón azulgrana, y el Celta comenzó a acumular llegadas. Boufal, Boudebouz, Hugo Mallo, las bandas aparecieron en los locales y, más importante, lo hizo Aspas.
EL CELTA SE HACE CON EL PARTIDO
El de Moaña lo hizo como asistente de lujo para Maxi, pero el uruguayo no llegó a conectar su remate entre Todibo y Umtiti, ambos bastante oxidados. Una sociedad que ni mucho menos tenía el Barça en el otro área, como sufría Wagué llegando en profundidad por banda derecha. Tras el descanso, el Celta siguió en camino de discutir el dominio hasta lograrlo, con un paso al frente de todas sus líneas.
La necesidad dio mordiente a los de Escribá y Araujo cazó un balón repelido por Cillessen en área pequeña para hacer el 1-0. La euforia en Balaídos la apagó el VAR, que vio un fuera de juego de centímetros, tras el primer remate de cabeza de Cabral. El Celta siguió la línea ascendente y no tardó en desquitarse. Maxi perdonó la fácil, de cabeza en área pequeña, y coló la difícil.
El uruguayo aprovechó el agujero en la defensa rival, con Todibo fuera del campo lesionado, y buscó un centro de Boudebouz para conectar un remate ajustado en el aire. El Barça terminó tirando la toalla y el Celta vivió cómodo, llegando la sentencia con un penalti por mano de Umtiti que señaló el VAR y fusiló Aspas (2-0). La pelota del descenso está ahora en el tejado de Valladolid y Girona.
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