El cuerpo humano es una máquina notable, pero como cualquier otra máquina algunas partes pueden romperse. Los ojos son un excelente ejemplo de esto. Solemos no prestarles atención hasta que algo sale mal y ocurre algún problema.
La vida cotidiana puede dañar la vista de diferentes maneras, pero siguiendo una serie de rutinas en su cuidado se pueden evitar.
Asiste a revisiones médicas regulares Algunas personas nunca han asistido al oftalmólogo. Sin embargo, esta visita médica resulta esencial para prevenir ciertas enfermedades y trastornos oculares.
La vista evoluciona y la fatiga visual combinada con el envejecimiento afecta considerablemente. Tener una corrección que no sea adecuada para ti puede tener consecuencias negativas a largo plazo.
Si usas lentillas (aquí puedes consultar los precios de lentillas mensuales), se recomienda encarecidamente consultar al oftalmólogo una vez cada dos años, como mínimo.
Más allá de un simple control de visión, una visita regular al especialista también permite una revisión de salud. Un examen regular ayuda a detectar muchas enfermedades como el glaucoma o la diabetes, que se puede diagnosticar a través de los ojos.
Humecta tus ojos Al igual que el resto de nuestro cuerpo, nuestros ojos necesitan mantenerse hidratados. Un buen equilibrio se consigue usando lágrimas artificiales. Haz el esfuerzo de parpadear con frecuencia y de manera exhaustiva para ayudar a mantener la hidratación los ojos, especialmente si estás frente a una pantalla todo el día.
Bebe agua regularmente para mantenerte lo más hidratado posible. También puedes hidratarlos usando gotas especiales en la mañana y en la noche.
Ten cuidado con los ordenadores y las pantallas
En la era digital, el uso de pantallas nos obliga a forzar nuestros ojos todos los días durante horas. De ahí una tasa de miopía y fatiga ocular en constante aumento.
Las pantallas del ordenador, el móvil, o la tablet, entre otros pueden impactar tus ojos. Su uso prolongado provoca una reducción involuntaria de la velocidad de parpadeo de los ojos, lo que provoca sequedad, irritación o enrojecimiento.
Usadas por largos períodos de tiempo, las pantallas digitales también pueden causar fatiga ocular y visión borrosa o variable. Si estos síntomas aparecen regularmente, consulta a tu oftalmólogo.
Elegir lentes de contacto o gafas que se ajusten a este entorno de trabajo contribuye a que tus ojos se sientan cómodos.
Además, procura tomar un descanso cada 20 minutos para mirar objetos a diferentes distancias de lejos y de cerca.
Respeta las normas de higiene diarias Lávate las manos para que los microorganismos no entren en contacto con tus ojos cuando los toques. De esa manera podrás evitar infecciones y otras molestias comunes.
Si usas lentillas, cambia la solución de limpieza del estuche todos los días, presta atención a las fechas de vencimiento, cierra la botella de la solución después de usarla y cámbiala regularmente. En caso de molestias, quítate las lentillas y ponte las gafas.
Nunca duermas con tus lentillas porque el riesgo de infección ocular se multiplica por 6 cuando se duerme con los lentes de contacto, excepto lentes especiales con el consentimiento del oftalmólogo.
Come alimentos nutritivos para tus ojos La luteína y la zeaxantina, pigmentos pertenecientes a la familia de los carotenoides, poseen un gran poder antioxidante y antirradical que favorecen la visión. Se encuentran en vegetales de hojas verdes, como col, espinaca y brócoli, así como en maíz y yema de huevo.
La vitamina A es esencial para el buen funcionamiento de la retina, además de que mejora las visiones diurnas y nocturnas. Las vitaminas C y E luchan contra los radicales libres y tienen propiedades antioxidantes.
Asimismo, el zinc contribuye a la producción de melanina al transportar la vitamina A desde el hígado hasta la retina, y los ácidos grasos omega-3 aportan propiedades antiinflamatorias para los ojos.
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