Mañana sábado uno de junio a las 21:00, los clubes ingleses Tottenham Hotspur y Liverpool se enfrentan en la gran final de la Champions League en el estadio del Atlético de Madrid, el Wanda Metropolitano. Por primera vez en más de una decada, dos equipos de Inglaterra se dan cita en la final de la máxima competición de clubes europeos. Justo el pasado jueves también han disputado la final de la Europa League el Chelsea y el Arsenal, ambos de Londres, con victoria holgada para los "blues" (4-1), que jugarán por la Supercopa de Europa ante el ganador del partido de mañana.
El hecho de que cuatro clubes ingleses luchen por conseguir la gloria europea es un claro indicativo de la hegemonía británica en el continente. Principalmente, lo que más influye para que esto sea así es el poderío económico del que disponen los clubes para planificar y confeccionar sus plantillas al inicio de la temporada, principalmente porque en las islas el reparto de las ganancias por los derechos televisivos es mucho más elevado que en otras ligas europeas.
A pesar de ello, uno de las grandes revelaciones de la temporada en la Champions, el Tottenham, no ha invertido una sola libra en fichajes durante toda esta temporada. Por ello, el trabajo de los de Mauricio Pochettino es alabado tanto por sus fans como por el resto de expertos en el mundo del fútbol. El equipo londinense disputará una final de Champions League por primera vez en su historia, lo que puede suponer un gran aliciente para los aficionados y la plantilla.
Los "Spurs" no eran para nada los favoritos para poner el pie en la final de mañana pero se lo han ganado a pulso con trabajo, esfuerzo y sacrificio. El camino hacia el Wanda de Madrid no ha sido para nada sencillo, con una fase de grupos complicada en la que tuvo que medirse a grandes equipos como el Fútbol Club Barcelona o el Inter de Milán llegó a de forma ajustada a unos octavos de final donde esperaba el Borussia Dortmund y su "muro amarillo".
Un rival que, a pesar de no estar en el mejor momento de su historia, siempre pone las cosas difíciles a los rivales. Los del técnico argentino lograron una victoria global holgada gracias a un gran encuentro como locales, en el que superaron a los alemanes tres a cero. A partir de los cuartos de final comenzó el sufrimiento para los "lilywhites": la eliminatoria ante el Manchester City de Pep Guardiola será recordada como una de las más emocionantes de la historia reciente de la competición, con un partido de vuelta en el Etihad en el que el gol del delantero español Fernando Llorente permitió el pase a las semifinales, ronda inédita en la historia del Tottenham.
La locura tendría su cenit en las semifinales ante el Ajax. Los de Pochettino tuvieron que remontar el resultado adverso de la ida con un partido en el que el recital de Lucas Moura (hizo tres goles y el encuentro acabó 2-3) valió para que los "Spurs" lograrán por primera vez en su historia entrar en una final de la Champions League.
En cuanto a las bajas, son duda Vertonghen, Rose, Kane, Winks y Sánchez, aunque todo apunta a que el ariete inglés Harry Kane podrá ser de la partida tras una recuperación que algunos denominan como "milagrosa". En cuanto al Liverpool Football Club, llegan a la gran final de Madrid con la vitola de claros favoritos por el rendimiento que han mostrado durante la presente temporada y por quedarse a las puertas de lograr el título el año pasado ante el Real Madrid en la final de Kiev, en la que fueron derrotados por tres a uno en un partido en el que la plantilla pecó de falta de experiencia en grandes citas.
Los aficionados del equipo inglés se desplazarán en masa al estadio del Atlético de Madrid con la confianza de que su equipo logre el trono europeo por sexta vez. La última vez que el Liverpool lo consiguió fue en la mítica final de Estambul en el año 2005, con Steven Gerrard como figura del partido y con el técnico español Rafa Benítez en el banquillo.
El camino hasta el Wanda ha sido más sencillo para los "reds". A pesar de encontrarse en el supuesto "grupo de la muerte" con Paris Saint Germain y Napolés, los de Jurgen Klopp consiguieron pasar a octavos de final con grandes partidos como el que disputaron contra los franceses en Anfield, que acabó con un tres a dos favorable para los británicos.
El sorteo de los octavos de final les emparejaría con el Bayern de Munich, un rival a priori muy complicado y al que algunos veían como favorito para pasar a la siguiente ronda. El cero a cero de la ida en Anfield hizo que todo se decidiera en Alemania, y los de Klopp respondieron de forma positiva al primer "hueso". El Liverpool fue el claro dominador del partido y logró vencer uno a tres gracias a los goles de Mané por partida doble y Van Dijk.
El azar del sorteo de cuartos de final quiso enfrentar a los "reds" con el que posiblemente era el rival más asequible, el Oporto, y no fallaron. Seis a uno fue el resultado global de una eliminatoria en la que los ingleses presentaron de forma definitiva su candidatura a estar el uno de junio en la final del Wanda.
En semifinales llegó la épica y la mística que destila un club legendario y un estadio mítico como Anfield. El Fútbol Club Barcelona logró un tres a cero en la ida que, a ojos de prácticamente todo el mundo, dejaba sentenciada la eliminatoria para la vuelta en Liverpool. Pero el conjunto de Merseyside rompió todos los pronósticos y derrotó a los azulgranas cuatro a cero en una noche histórica. La victoria ante el Barça le dio alas al equipo, que actualmente está en plena forma.
Salah y Keita son bajas seguras para el enfrentamiento por la gloria europea. El delantero brasileño Roberto Firmino sigue siendo duda ya que ha entrado en la convocatoria.
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