Tras los resultados electorales del pasado 26 de mayo se abre un periodo lleno de oportunidades inmobiliarias para la ciudad en todos los segmentos, especialmente en los de oficinas, hoteles y retail. En el mercado de oficinas, en el que son especialmente protagonistas las empresas internacionales y las startups tecnológicas, la baja disponibilidad para la contratación de espacios, de sólo el 6%, es uno de los factores que limitan el crecimiento de este segmento.
Debido a la falta de producto, el precio del alquiler de oficinas ha alcanzado los 26 euros/m2/mes en 2019, un 30% más que hace 4 años.
En el mercado hotelero, la moratoria ha conducido al aumento de un 30% del precio medio de compra de los hoteles de la ciudad por la falta de oferta disponible, lo que también repercute en el precio que asume el usuario y ha provocado que grandes cadenas hoteleras hayan elegido otras ciudades españolas para implantarse en el país.
En este sentido, entre los principales elementos a tener en cuenta para la próxima legislatura municipal y la correcta gestión del sector inmobiliario en Barcelona figuran la moratoria hotelera que tanto ha afectado a la economía de la ciudad, las ordenanzas municipales sobre terrazas o la medida de reservar el 30% de las nuevas promociones para VPO, que supone que compradores y/o arrendatarios vayan a soportar precios más altos.
Estas son algunas de las medidas municipales tomadas desde 2015 que podrían ser revisadas para reactivar el mercado local y que deberían tratarse desde una perspectiva financiera y empresarial, alejada de estrategias políticas.
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