El vídeo, que muestra a indígenas no contactados de la tribu awá en el estado de Maranhão (al este de Brasil), fue grabado por sus vecinos indígenas guajajaras, quienes luchan para proteger las “islas” de selva que habitan los awás.
La selva de la región está siendo deforestada a gran velocidad y varios grupos de indígenas guajajaras tratan de impedirlo patrullando los bosques con frecuencia para monitorear incursiones y expulsar a madereros. Como consecuencia, muchos han recibido amenazas de muerte y algunos han sido asesinados.
Olimpio Guajajara, coordinador de los Guardianes de la Amazonia, ha declarado: “Nosotros, los Guardianes, estamos defendiendo los derechos de nuestra gente, defendiendo a los indígenas no contactados y defendiendo nuestra naturaleza. Tres de nuestros Guardianes han sido asesinados. Necesitamos que se proteja la tierra para siempre”.
Los awás han sufrido los ataques de los madereros en numerosas ocasiones. Muchos ya han sido contactados, pero se sabe que algunos de sus parientes viven sin contacto en las últimas áreas significativas que quedan de selva. Los guajajaras ya los habían visto cuando cazaban, pero ahora este vídeo prueba su existencia.
Con Bolsonaro en el poder, madereros y agroganaderos se han envalentonado y han aumentado sus invasiones a las tierras indígenas. La actividad maderera crece a un ritmo desenfrenado en el territorio y se han avistado campamentos de madereros muy cerca de los awás no contactados.
Como parte de la campaña de Survival International por los pueblos indígenas no contactados, la organización trabaja con los Guardianes y apoya su labor de protección de la selva.
El autor de las imágenes, Flay Guajajara, de Mídia Índia, expresaba: “Deseamos que esta grabación tenga un impacto positivo. Esperamos también que este vídeo logre repercusión internacional y ofrezca una mirada hacia la protección de un pueblo, una selva, una nación, una tierra y una historia”.
Para el director de Survival International, Stephen Corry: “Este vídeo es una prueba más de que los awás no contactados existen realmente. Basta echar un simple vistazo a imágenes vía satélite para ver el enorme peligro que afrontan. Los madereros ya han asesinado a muchos de sus familiares y han forzado a otros a salir de la selva. Nada agradaría más al presidente Bolsonaro y a sus colegas de la industria maderera que quienes todavía sobreviven fueran eliminados. Tan solo una oleada de indignación global los separa del genocidio”.
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