SOCHA: Firma Colectiva
Ni los más viejos lo creen. En un mes de Ayuntamiento nuevo ‘habemus’ Operación Chamartín. Y prisa. Demasiada prisa se han dado Martínez-Almeida y Villacís en aprobarla. Chocante, ¿no? Cuatro años de espectadores y ahora aprueban el proyecto que tenía la exalcaldesa Carmena. Y por unanimidad del Ayuntamiento. Increíble ¿Qué ha pasado? Y se ha aprobado tras haber sido fulminado de su cargo el presidente de Distrito Castellana Norte, Antonio Béjar. Y, tras imputar a ocho directivos del BBVA, con el expresidente González y Béjar incluidos. No hay quien se lo crea. Aquí hay ‘gato encerrado’.
Posteriormente hemos visto que el BBVA ha puesto a la venta su parte de la Operación ¡Lo que faltaba! Puede comprarla un chiringuito de capital-riesgo bajo el control de un árabe, o lo que sea. A la vez, surge una denuncia contra parte de los que han tenido contacto con la Operación, incluidos todos los ministros de Fomento, hasta el actual, Ábalos, y el primero en organizar la Operación, Borrell. Además de los González, exalcaldes como Gallardón y Botella o la expresidenta de la Comunidad de Madrid Esperanza Aguirre. Están todos, o casi todos. Pero faltan más de 2.700 millones de euros ¡Por Dios! Que no haya otro ‘caso’. Porque los casos nunca terminan de aclararse.
Pues ya está en marcha la rebautizada en la pasada legislatura como Madrid Nuevo Norte. Da igual el nombre. El resultado es que, tras el empujón de la anterior corporación municipal, se ha aprobado. Y por unanimidad. Para no creerlo, pero ha sido así. Se va a hacer la operación urbanística, deseada por todos y denunciada por algunos, en parte sobre suelos públicos del ministerio de Fomento. Suelo conseguido a bajo precio en beneficio de un banco, BBVA, y de una constructora, San José. Para beneficio del capital, ricos y empresarios madrileños. Porque esta Operación sólo beneficia a parte de Madrid y a empresarios madrileños. Nada al resto de España. Todo para las grandes ciudades. El desarrollo fabrica megalópolis. Es la confirmación: Madrid como gran centro financiero a cambio de sacrificar los barrios. Con cuatro parques se cumple con los ciudadanos. Eso sí, a la sombra de sus torres.
Hay más: ¿Quién pagará la Nueva Estación? ¿Las plusvalías de la Operación o los ciudadanos con sus impuestos? ¿No iba a pagarse con los beneficios que se preveían? Fue el acuerdo de principio. Ya lo analizamos en capítulos anteriores y ahora se confirma. ADIF tiene prisa por poner en marcha la licitación para hacer la nueva Estación de Chamartín ¿Por qué? Ahora está ahí DCN. Sí, se necesita estación nueva. Claro. Para el desarrollo de la red de Alta Velocidad. Se hará en terrenos públicos, de todos. Y DCN es una empresa privada. Pero ahí está Adif y su presidenta, Pardo de Vera, con el visto bueno de Fomento y su ministro Ábalos, para hacer lo necesario, acaso una sociedad mixta para licitar la nueva estación. Cosas veremos para no salir de asombro. Porque el coste, dicen, de momento se aproxima a 1.000 millones de euros. Luego habrá que ampliar presupuesto, como siempre. Hay prisa. Debe hacerse para octubre, que el Gobierno está en funciones. Es negocio ¿La legalidad y el ‘paso por el forro’? Veremos.
Arrancó ¿Por qué no con Carmena? ¿Miedo? Los suyos no estaban de acuerdo. Tres concejales de IU y seis del grupo anticapitalista no estaban por la labor. Una derrota en campaña electoral habría sido algo duro. Fue lo mismo, porque perdió la alcaldía. Puede encontrar consuelo en que se haya aprobado, incluso por la derecha. Ya sorprende: Todos los contrarios se han puesto de acuerdo. Hasta el nuevo partido en el ayuntamiento, Vox, se ha subido al carro. El PSOE, contrario en la última reunión municipal, ha votado a favor. Sorpresa grande y gato encerrado. Cuando se abra la puerta, veremos a quién no araña. Atentos ¿Y Ciudadanos?: Ha hecho concejal de Urbanismo a Mariano Fuentes, el más enterado de la Operación. Los demás del grupo se oponían por rutina, no por conocimiento. Ahora presumen de ser la cabeza promotora. Aprovechan para salir en pantalla y hacerse ver. Pero de control de la Operación, poco. Atentos, porque en otoño la temperatura municipal se va a desbordar. La Operación Chamartín también va a rebosar. Y puede aparecer más de lo que se supone. Hay gente de izquierdas que apoya sin exigencia, aunque las grandes infraestructuras se financien con dinero público, de todos, en beneficio de negocios privados. Atentos.
No importa el ‘cabreo’ del ministro de Fomento, Ábalos, porque le incluyan en la denuncia que presentaron Podemos e IU. La dejación de funciones también tiene pena; aunque sea política, la puede pagar Ábalos. La denuncia sigue adelante. Como la presentada por los ecologistas y las asociaciones de vecinos, a quien nadie escucha ¡Horror! A los vecinos que van a sufrir las consecuencias, y de qué manera, nadie les ha escuchado. Nunca han contado, ni cuentan. Que se vayan si no les gusta, o si no pueden vivir entre torres codeándose con financieros. Habrá 10.000 viviendas, pero para ricos. Queda una esperanza muy débil: Tiene que aprobarlo la Comunidad de Madrid. Pero, como serán los mismos que en el municipio, no parece que se niegue. Aunque hay un ejemplo. Ya se vino abajo la aprobación de la Operación. Cuando la alcaldesa era Ana Botella y todos los estamentos de poder pertenecían al mismo partido, al PP, no se aprobó ¿Por qué? Le echan la culpa al atentado del 11M. Pero un ‘conocedor’ asegura que “la causa fue porque uno de los sobres no estaba lo suficientemente lleno ¿Cuál? ¡Ah! Intocable. Pasemos a otro tema”. Todo dicho ¿Y ahora? ¿Habrá habido sobres? ¿Llenos o sólo a medias? Eso se teme. Total, para el monto millonario, unos sobres son migajas.
Pero leyendo a profesionales entendidos, como Eduardo Mangada, se alimenta el recelo: “Su concepción y su diseño es muy pobre”, dice. Y abunda: Acentuará la desigualdad de la ciudad de Madrid entre el norte y el sur. Es pecado mortal transformar el suelo público en mercancía y, encima, dárselo a un banco. La Operación Chamartín será un gran escándalo urbano, incluso a nivel europeo. Una parte del norte de Madrid pasará a ser propiedad de un banco. Será más que una vergüenza: ¡Oh vergüenza!
|