Quedan sólo unos días para que la mayoría de trabajadores se reincorporen a sus puestos de trabajo y vuelvan a la rutina diaria. Para muchos esto no supone mayor problema, pero para otros, marca el comienzo del conocido como síndrome o depresión postvacacional. Concretamente la sufrirán casi el 38% de los trabajadores. Algunos de los síntomas que puede provocar este síndrome son la falta de apetito, somnolencia, falta de concentración, taquicardia, dolores musculares, insomnio o irritabilidad.
Si bien es cierto que hay un 62% de empleados que no padecerán este síndrome, muchos de ellos experimentarán cuadros de estrés o fatiga vinculados a una incorrecta reincorporación al trabajo. Y es que volver de vacaciones el día antes de empezar a trabajar, así como no realizar un cambio de horario los días previos son algunos de los errores que se suelen cometer y que dificultan la vuelta a la rutina.
Además de las medidas que pueden llevar a cabo los propios trabajadores, las empresas también pueden, aprovechando el inicio del nuevo curso, poner en marcha políticas de recursos humanos ayudando a mitigar la posible aparición del síndrome postvacacional. Sodexo desgrana algunas de las medidas que pueden llevar a cabo las organizaciones y que, sin duda, beneficiarán a sus empleados:
-Alargar la jornada intensiva: la duración de esta jornada que suele ser de 8 de la mañana a las 15 horas (puede haber variantes, pero siempre con la hora de entrada y salida más temprana) es la que establecen la mayor parte de las empresas con la llegada de la época estival. Es cierto que no hay una duración común para todos, algunos convenios establecen que será de 1 de junio al 30 de septiembre, otros del 15 de junio al 15 de septiembre, otros sólo los meses de julio y agosto y otros sólo agosto. No obstante, las empresas que decidan alargar la duración de este tipo de jornada ayudarán a que la vuelta de vacaciones sea menos dura para sus empleados.
-Medidas que fomenten la conciliación: para evitar que la vuelta a la rutina suponga la desaparición de la vida familiar, la compañía puede implementar ciertas medidas que ayudarán a que el cambio no sea tan drástico. Una de esas medidas podría ser la instauración del teletrabajo. La mayoría de los empleados están a favor, pero se encuentran con compañías que no son muy partidarias de ello. Según un estudio de la empresa Randstad, el 68,6% de los empleados españoles quiere teletrabajar, pero no puede porque su empresa no lo permite. Además de fomentar la conciliación, la empresa que se decante por el teletrabajo estará contribuyendo a la reducción del impacto medioambiental y estará convirtiendo al empleado en más productivo al evitar los tiempos de los desplazamientos.
-Beneficios sociales: además del sueldo, es importante incentivar a los empleados, actuales y futuros, con beneficios sociales. Estos son servicios que la empresa ofrece al empleado de forma gratuita y cuya finalidad es mejorar su calidad de vida. Entre las opciones que la empresa tiene a su disposición se encuentran, por ejemplo, los cheques restaurantes que evitarán que, al estrés de la vuelta, se sume la preocupación por la preparación de la comida. Otra opción es el cheque guardería, que además de estar exento de IRPF, ayuda a los padres a organizar el cuidado de sus hijos de cara a la vuelta al trabajo.
-Incentivar la práctica de deporte: muchos expertos señalan que la vuelta a la rutina debe venir acompañada de la realización de alguna actividad física que ayude a reducir el estrés y que al mismo tiempo despeje la mente del empleado. Para promover una vida sana y saludable la empresa puede, si cuenta con un gimnasio en las instalaciones, propiciar que éste se utilice o bien ofrecer un pase que incluya diferentes gimnasios de la ciudad. De este modo se mejorará el ambiente, al mismo tiempo que se reduce el absentismo laboral. De hecho se ha demostrado que la práctica de actividad física reduce la tasa de absentismo laboral en 4 días al año
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