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Cuando la mitad de la sociedad se hunde en la pobreza y la indigencia, sospecha de todo aquello que no sea resultado de las “ciencias duras” y considera que la cultura es una suerte de adorno suntuario (por atrevido y molesto), señoras y señoritas, algunas afeadas por el bisturí y otras benditas en su rostro y cuerpo por naturaleza, imitan, repiten tonteras y hasta se dan aires de experimentada sapiencia.
Cualquiera pensaría que después de siglos de avance con respecto al plano educativo, hoy en día la educación debe de ser ejemplar. Pero verdes las han segado. Esa nueva ley educativa denominada como LOMLOE que prometía reformas que buscan (entre otras cosas) un sistema de evaluación más flexible, adaptado a las necesidades de los estudiantes, con un enfoque más formativo y menos punitivo; lo único que ha conseguido es dificultar más todavía el trabajo de los estudiantes.
Mientras mucha gente se prepara para enfrentar el regreso de Donald Trump a la Casa Blanca, recordemos que hasta el lunes 20 de enero Joe Biden sigue siendo el presidente de Estados Unidos, con todo el poder que eso confiere. La Constitución del país otorga al presidente la “facultad de conceder indultos y perdones por delitos cometidos contra Estados Unidos”, para paliar, de esa manera, un sistema de justicia penal plagado de fallas.
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