No voy a referirme al resultado del Festival de Eurovisión. Los que sabemos lo que son los Festivales por dentro, preferimos no dar una determinada opinión, sino tan solo decir que nos hace falta mejorar la imagen española en el exterior, y más en la Unión Europea, en la que parecemos el hermano pobre de los miembros comunitarios.
Las sucesivas reformas educativas en España, han estado siempre condenadas al fracaso. Y no creo que estemos ante una reforma capital, sino todo lo contrario. Nace ya con problemas, pues cada una de las ideologías, tira para sí, dejándonos al resto de la sociedad atónitos, al comprobar que nunca llegamos a un acuerdo. ¿Cuándo se ha visto que un universitario cometa faltas de ortografía o no sepa calculo mental, y tenga que hacer las operaciones con una calculadora? Toda reforma, debe pasar por dar inicio a temas tan sencillos como éstos: gramática, calculo mental, análisis lingüístico y morfológico, dibujo lineal y artístico, latín, griego, ingles, francés o alemán, urbanidad, ciencias básicas de la naturaleza, geografía (es decir ríos, lagos, montañas, cordilleras, mares, océanos, países con sus capitales, astronomía básica, climas), historia universal y algo fundamental: la lectura, eso si, de todo tipo. El mundo consciente y de las ideas, se fragua, a través de una cuidada selección de libros, de la literatura universal. Forjar una determinada opinión, se construye leyendo y reflexionando, es decir estudiando asignaturas humanísticas: Filosofía, Historia, Literatura, Música, Bellas Artes. El humanismo, ayuda a pensar y sentir, a la vez que a reflexionar sobre las materias más variadas. Hemos ido supra-valorando en exceso la técnica, en contra de las asignaturas humanísticas. Todo es importante.
Curiosamente, todas las reformas educativas en España, han fracasado. Ya lo dijo don Gregorio Mayans Siscar, prócer valenciano, que ya se preocupó de la materia educativa, y cuya opinión se tuvo en cuenta, a la hora de realizar determinadas reformas. Pero con el paso del tiempo, comprobamos que cada una de las reformas, ha sido peor. En vez de reformar aquello en lo que se fracasa, todo lo contrario. Seguimos cometiendo errores a la hora de programar los sucesivos planes educativos, que nos abocan al fracaso y la risotada más estrepitosa.
Valoremos todas las opciones, y dejemos que todas las asignaturas estén representadas, como toda la vida, porque no podemos suprimir partes de la educación, a favor de los caprichos y veleidades de unos y otros. El respeto por los valores educativos generales, deben ser primordiales. Todos los españoles debemos conocer unos estudios básicos, para después con la lectura y el buen discernimiento, elegir aquellas partes del conocimiento que más se adapte a nuestras apetencias.
Ojalá no estemos ante un nuevo fracaso. El tiempo y su aplicación nos lo dirá.
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