La Liga ha puesto su punto y final
nueve meses después con ganas de zambullirse en las aguas de piscinas y playas
con el firme propósito de refrescar ideas para la próxima temporada. Sólo los
fichajes veraniegos, idas y venidas, contenidas en los kioscos de prensa nos
recordarán el standby del torneo de la regularidad. El devenir de la
competición puso a cada uno en su sitio con un bonito epílogo al ofrecernos en
90 minutos una dosis de grandes emociones. Los alumnos más aplicados
disfrutaron de su último día de recreo mientras los más perezosos tuvieron que
seguir hincando codos hasta el descuento final.
José Mourinho regresa al Chelsea londinense.
Regocijo. Vigo y San Sebastián apaciguan su sed tras una
dulce resaca de permanencia para los celtiñas y de ‘txampions’ para los
donostiarras. Ambos no dependían de su trabajo y los factores externos les
llevaron hacia sus objetivos. Los gallegos no dan crédito y siguen frotando sus
ojos después de lo ocurrido en la última semana con dos meritorios triunfos en
Pucela y ante el Espanyol, pero sobre todo por el desacierto de sus
competidores. Más de lo mismo para los vascos. El Valencia no selló su
pasaporte para la Liga de Campeones y Emery consumó su venganza al frente del
Sevilla.
Llanto. No verse entre los cuatro mejores ha sentado como
una patada en el culo a orillas del Turia, aunque no tanto como la marcha de
Ernesto Valverde, un auténtico croché de izquierda para el valencianismo. Sin
embargo todos estos sentimientos son naderías al lado del descenso de
categoría. Palma, A Coruña y Zaragoza jugaron sus cartas hasta el último
instante, especialmente desde Mallorca donde se hicieron los deberes a la
espera del milagroso regalo perico. Desde Riazor y La Romareda se deben cambiar
muchas cosas en la gestión, sus aficionados no se merecen estos porrazos.
Despedida. Muchos abandonan el fútbol español, una fuga de
talento que comienza en los banquillos con las salidas de Montanier, Mourinho y
Pellegrini. Maestros de la pizarra que seguirán con sus sabios consejos en
otras fronteras. Falcao, Llorente, Higuaín y Jesús Navas también recogen sus
bártulos para salir. Ilustres como Carvalho, Valerón, Abidal y Palop buscan un
dorado retiro mientras un siglo de historia se despide con el cierre de San
Mamés.
El acceso a una vivienda digna es uno de los temas que más preocupa a nuestra sociedad. Relacionado con este asunto surge el problema de la ocupación ilegal de bienes inmuebles, algo que inquieta a gran parte de la población. Muchos ciudadanos se sienten desamparados e indefensos, especialmente los implicados en sucesos de ocupación, al percibir una falta de sensibilidad por parte de las autoridades y creer que hay impunidad ante la comisión de un delito.
Aclaremos el panorama. Si el presidente de la única superpotencia realmente existente lanza su ofensiva mundial de aranceles clamando -como si fuera un muy debilitado llorica- “nos han engañado durante más de 50 años, (…) América empezará a ser rica de nuevo”, desvela dos realidades. Una, que la hegemonía estadounidense realmente camina hacia su ocaso mundial. Y dos, que su burguesía monopolista apuesta por golpear a los países y pueblos del mundo.
En la sociedad de hoy, hay quien confluye en la idea de rechazar la propiedad como elemento esencial en la libertad de los ciudadanos. El acceso a una vivienda en España se ha convertido en un camino lleno de obstáculos: subidas de impuestos, falta de vivienda social, aumento de precios por la falta de oferta, especulación, complicidad con los movimientos de 'okupación' ilegal de viviendas, etc.