Pese a las advertencias europeas, el gobierno de Cristina Fernández de Kirchner ordenó en abril del 2012 expropiar el 51% de YPF, a la que declaró de interés público, (YPF era y sigue siendo la mayor contribuyente al fisco argentino y uno de sus principales empleadores, con una plantilla de 13.500 trabajadores y miles de empleos indirectos), lo que significó la declaración unilateral de independencia económica de las multinacionales europeas y la radical modificación de la estructura industrial argentina.
En la actualidad, según el técnico del Centro Latinoamericano de Investigaciones Científicas y Técnicas Ricardo de Ricco, el volumen de crudo procesado en las refinerías de YPF habría aumentado el 1,4 % y la extracción el 2,2%, reinvirtiendo la tendencia negativa del 2011 cuando estos índices cayeron el 5,1 % respecto al 2010.
Según OMAL (Observatorio de Multinacionales en América Latina), Repsol estaba presente en 2012 en el Parque Nacional Madidi, Reserva de la Biosfera Pilon Lajas, Parque Nacional Isiboro Sécure, Parque Nacional Amboró, Parque Nacional Aguaragüe (todos en Bolivia), Parque Nacional Yasuni (Ecuador), o la Reserva Llancanelo (Argentina) y pretendía explotar los recursos del campo argentino de Vaca Muerta recientemente descubierto. Pero la explotación del yacimiento (cuyas reservas potenciales ascienden a cerca de 23.000 millones de barriles equivalentes de petróleo), necesitaba contar con un socio con la tecnología adecuada para explotar todo el potencial de los pozos y con un monto inversor cercano a los 10.000 millones de dólares. Este campo contiene petróleo de esquisto y para extraer ese crudo es necesario inyectar en el subsuelo grandes cantidades de substancias químicas, por lo que países como Francia han prohibido esta práctica por sus graves impactos medioambientales. Unos remordimientos que no siente EEUU ya que es el pionero en la tecnología del fracking, término anglosajón que consiste en la extracción de gas natural mediante la fracturación de la roca madre (pizarras y esquistos).
Entre los pretendientes de YPF, estaban Sinopec, (controlada en un 75% por el Estado chino y principal socio de la petrolera española en Brasil tras invertir 9.000 millones de dólares para hacerse con el 40% de Repsol Brasil) que tiene experiencia en la explotación de los recursos no convencionales (los que yacen en Vaca Muerta). Por su parte CNOOC, con un 64% de su accionariado en manos de Pekín y presente en Argentina desde 2010 tras su alianza con la petrolera nacional Bridas, está en plena expansión y desea incrementar el porcentaje de producción de crudo foráneo, que actualmente roza el 12% y el tercero en discordia, sería la empresa estadounidense Chevron.
Este inacabable folletín por entregas tendría su epílogo en la denuncia realizada por Repsol en la que asevera, según europapress, que “el Gobierno argentino habría pactado previamente con Chevron la expropiación de YPF”, lo que permitirá en breve que la compañía estadounidense tenga luz verde para invertir en el yacimiento de Vaca Muerta.
Según bnamericas.com, Chevron Argentina se dedica a la exploración y producción de petróleo y gas natural y posee una sólida posición de superficie en la fértil cuenca Neuquén de Argentina y controla una importante superficie en la cuenca Austral, en el sur de Argentina , con una producción bruta que bordea los 78.000 bidones de petróleo, lo que equivale al 8% de la producción petrolera en Argentina.
¿Argentina en la órbita de EE.UU?
La tibia reacción de la Administración Obama ante la expropiación de YPF y el interés por la misma de empresas estadounidenses como Exxon o Chevron, apuntó en su momento la hipótesis de que el objetivo de Estados Unidos sería reconducir los pasos del Gobierno argentino para su ingreso en la Alianza del Pacífico. Dicha Alianza, promovida por Estados Unidos y secundada por México, Colombia, Chile y Perú; tendría como objetivos a medio plazo aglutinar el Arco del Pacífico para integrar además a Costa Rica, Ecuador, El Salvador, Guatemala, Honduras, Nicaragua y Panamá e incorporar por último al Mercosur (Brasil, Argentina, Paraguay y Uruguay).
La importancia del acuerdo del Pacífico fue destacada por el analista y economista Jorge González Izquierdo, quien dijo a la AFP que este bloque en lo político “es un contrapeso al grupo que quiso formar el presidente Hugo Chávez de Venezuela”, en alusión a la Alianza Bolivariana para las Américas (ALBA), integrada por Venezuela, Cuba, Bolivia, Nicaragua, Dominica, Ecuador, San Vicente y Las Granadinas y Antigua y Barbuda. En este sentido hay que recordar que el malogrado Chávez respaldó la decisión de su homóloga argentina de expropiar YPF a Repsol y rechazó "las amenazas y los intentos de intimidación de Europa” .
Se trataría por tanto, de una genial jugada de estrategia económica y geopolítica que tendría sus fuentes de inspiración en la teoría de Sherman Kent expuesta en su libro ‘Inteligencia Estratégica para la Política Mundial Norteamericana’, publicado en 1949. Según este autor “la guerra no siempre es convencional: en efecto, una gran parte de la guerra, de las remotas y las más próximas, ha sido siempre realizada con armas no convencionales: [...] armas [...] políticas y económicas. La clase de guerra en que se emplean [...] (son la) guerra política y la guerra económica.”. Más adelante añade que los instrumentos de la guerra económica “consisten en la zanahoria y el garrote”: “el bloqueo, la congelación de fondos,el ‘boicot’, el embargo y la lista negra por un lado; los subsidios, los empréstitos, los tratados bilaterales, el trueque y los convenios comerciales por otro”.
De ello se deduce que cualquier parecido con la realidad no es pura coincidencia, pues una de las mayores urgencias de la economía nacional argentina era la necesidad de “hacer caja" a corto plazo para satisfacer los pagos pendientes, entre otros la factura energética que en 2012 rondó los 14.000 millones de dólares a lo que se añadió el crecimiento desbocado de la inflación, con tasas reales cercanas al 20%. Con respecto a EEUU, el Gobierno norteamericano había felicitado a Cristina por el resultado electoral a través del portavoz para los asuntos de América Latina de EE.UU, William Ostick quien transmitió la voluntad de la administración de Obama de "trabajar productivamente" con el gobierno argentino tras los últimos desencuentros entre ambas administraciones.
Sin embargo en el encuentro privado que mantuvieron en Cannes Fernández de Kirchner y Obama, en el marco del G-20 del 2012, la mandataria argentina no habría sido sensible a las tesis de Obama y no habría aceptado la reanudación de ejercicios militares conjuntos con EE.UU y otros países en territorio argentino coordinados por los estadounidenses, pues de facto habría significado la ruptura de la nueva doctrina militar diseñada para la región por los gobiernos que suscribieron la UNASUR, cuyo primer Secretario General fue precisamente Néstor Kirchner.
Así, tras la constatación de la entente económica YPF-Chevron, quedaría perfilada la estrategia norteamericana para reconducir los pasos del Gobierno argentino y lograr su ingreso en la Alianza del Pacífico, (siguiendo la teoría kentiana del garrote y la zanahoria), siendo previsible la futura desmembración de UNASUR y el agigantamiento de la figura de Axel Kicillof (cerebro de la expropiación de la petrolera argentina YPF) como futuro sucesor de Cristina Fernández de Kirchner.
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