El candidato reformista moderado, Hasan Rohani, habría ganado, según EFE, las elecciones presidenciales en Irán, poniendo fin a ocho años de gobierno conservador. Así, según el Ministerio de Interior iraní, Rohani , respaldado por los sectores moderados y reformistas, habría obtenido el 50,68% de los votos, (superando así el umbral necesario del 50% necesario para ganar las elecciones en primera vuelta), con una participación estimada del 80 por ciento de los 50,5 millones de electores convocados, según la página web de la televisión oficial iraní en inglés, PressTV, que cita fuentes no identificadas.
El clérigo Rohani (estrechamente alineado con el ex presidente Ali Akbar Hashemi Rafsanjani, a quien el Consejo de Guardianes impidió que presentara nuevamente su candidatura), comenzó su candidatura declarando que la nación iraní tiene “otros derechos fuera del derecho nuclear”, y se mostró dispuesto a “acabar con el ambiente de confrontación con el mundo”, a la vez que prometió normalizar las relaciones con el resto del mundo si es elegido presidente.
No hay que olvidar que Irán adquirió una dimensión de potencia regional gracias a la política errática de Estados Unidos en Iraq, (fruto de la obsesión con el Eje del Mal de la administración Bush) al elimirar a sus rivales ideológicos, los radicales talibanes suníes y a Sadam Husein con el subisiguiente vacío de poder en la zona, por lo que ha reafirmado su derecho inalienable a la nuclearización. El ex-presidente Mahmoud Ajmadinejad estiró, en materia de seguridad, la cuerda hasta el límite que Estados Unidos no atacaría y limitaría cualquier acción individual de Israel (proyecto descartado de bombardear la central de Natanz con jets comerciales), ya que un bloqueo del estrecho de Ormuz, por el que pasa un tercio del tráfico energético mundial, podría agravar la recesión económica mundial y debilitar profundamente todo el sistema político internacional.
Según estimaciones de la AIE (Agencia Internacional de la Energía) 13,4 millones de barriles por día de crudo pasarían a través del estrecho canal en buques petroleros, lo que representaría el 30 por ciento del suministro de crudo que se comercializa mundialmente, y en caso de colapsarse el paso por dicho estrecho asistiríamos a una psicosis de desabastecimiento y al incremento espectacular del precio del crudo hasta niveles del 2008 (rondando los 150 doláres), un hecho que tendría su reflejo en un salvaje encarecimiento de los fletes de transporte y de los fertilizantes agrícolas.
La estrategia de Obama
La estrategia del Gobierno de Obama para Oriente Medio buscaría profundizar las líneas de la negociación “multilateral”, (incluida la apertura de una línea directa con el régimen de Teherán, y la conformación de un frente aliado árabe para aislar a los “halcones militaristas”, tanto de Teherán como de Tel Aviv), pues según explicaba Brzezinski, ingeniero geopolítico de Obama, en declaraciones al ‘The Daily Beast’ el 18 de septiembre de 2009 , “una colisión estadounidense-iraní tendría efectos desastrosos para Estados Unidos y China, mientras Rusia emergería como el gran triunfador, porque el previsible cierre del Estrecho de Ormuz en el Golfo Pérsico, (donde atraviesa el transporte de petróleo destinado al noreste asiático, Europa y Estados Unidos), elevaría el precio del oro negro a niveles estratosféricos y tendría severas repercusiones en la economía global, pasando a ser la UE totalmente ‘crudodependentiente’ de Rusia”.
Esta estrategia estaría además apoyada en las sanciones impuestas por la ONU a Irán y el embargo del crudo iraní decretado por EE.UU y la UE y adoptado por mimetismo por China y Japón, para lograr el debilitamiento real de la economía iraní y el posible renacimiento de la llamada “Marea Verde”, complementada con las medidas del Pentágono para contentar a los halcones del lobby judío.
De esta forma Irán, que posee según los expertos las terceras mayores reservas probadas del mundo de petróleo y gas, carece de la tecnología suficiente como para extraer el gas en los yacimientos más profundos y necesita una urgente inversión multimillonaria porque corre el peligro de sufrir un deterioro irreversible, ya que de acuerdo con el quinto plan quinquenal 2010-2015, el Gobierno iraní estaría obligado a invertir unos 155.000 millones de dólares para el desarrollo de la industria petrolera y gasística, aunque el contencioso nuclear con EEUU y las sanciones internacionales en forma de inanición financiera exterior habrían dejado obsoleto dicho plan.
Reanudación de las conversaciones Irán- G5+1
La Agencia Internacional de Energía Atómica (OIEA), con sede en Viena, exige acceder a la base militar de Parchin, cerca de Teherán, donde los servicios de inteligencia occidentales sospechan de actividades clandestinas relacionadas con el programa nuclear iraní, pero Teherán se niega a permitir al OIEA esta visita, al tiempo que imágenes por satélite obtenidas por la agencia nuclear indican que Irán lleva a cabo trabajos de limpieza en ese lugar. A pesar de la falta de acuerdos concretos en las últimas conversaciones mantenidas por Irán con el sexteto de mediadores internacionales (Estados Unidos, Francia, Gran Bretaña, Rusia, Alemania y China), no sería descartable la instauración de una línea directa de negociación Obama- Rohani que consiga que EEUU dé su visto bueno a las actividades de enriquecimiento de uranio de Irán “siempre que se supedite a la estricta supervisión de la Agencia Internacional de Energía Atómica (AIEA)”.
Dicho acuerdo incluiría el beneplácito de Washington para que Teherán enriquezca su uranio y lo transforme en combustible para el reactor iraní, (siempre bajo control de la OIEA), lo que permitiría un mejor control del stock de uranio enriquecido de Irán y fuente de inquietud entre los occidentales e Israel, que temen que Teherán lo pueda emplear para fabricar armas atómicas, (acusaciones que Irán ha desmentido siempre categóricamente).
Recordar que Hasan Rohani, un clérigo educado en Gran Bretaña, encabezó el equipo de negociación nuclear iraní de 2003 a 2005 y es conocido por su pragmatismo nuclear que consiguió de Irán una suspensión total de actividades nucleares conflictivas, con lo que caso de lograrse la resolución del contencioso nuclear de EEUU-Irán y el restablecimiento de relaciones diplomáticas entre ambos países, Rowhani conseguiría su objetivo de que se reconozca el papel de Irán como potencia regional, (rememorando el papel de “gendarme del Golfo“ que los estadounidenses confiaron al Sha de Persia), logrando de paso el incremento de cooperación irano-estadounidense relativa a la seguridad en Iraq y Afganistán y la resolución del avispero sirio-libaní.
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