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“Cómo gestionar el cambio” | |||
¿Has sentido miedo alguna vez ante un cambio en tu vida?, ¿Tienes un sueño al que renuncias por temor? | |||
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La gran mayoría deseamos mejorar, y para ello parece lógico pensar que si queremos resultados diferentes hemos de hacer cosas diferentes. Es decir, en mayor o en menor medida, hemos de cambiar. ¿Y por qué no lo hacemos? A mi modo de entender, en muchas ocasiones es por comodidad. Cambiar conlleva un coste, ya que cuando hacemos algo de manera rutinaria llegamos a un punto en el que actuamos sin tener que pensar. Sin embargo, cuando queremos aprender algo nuevo precisa de un esfuerzo extra (mayor atención e incertidumbre). ¿Y cuándo nos decidimos a intentarlo? Hace ya unos siglos Maquiavelo en su libro “El Príncipe” señalaba que para manejar a las personas los mandatarios podían recurrir a dos fuerzas que nos mueven: Una es la ilusión, un fuerte deseo que sentimos por lograr algo que entendemos que es importante para nosotros. La otra es el miedo, miedo a perder, a que suceda algo irreparable. Pero como decía Nelson Mandela, el miedo más intenso, en ocasiones, es el miedo a brillar, a tener éxito. Por lo tanto, para decidirnos a emprender un cambio suele ser necesario o una fuerte ilusión por lograr algo, cosa poco común, o lo más común es una fuerte necesidad dada una situación que se torna insostenible, es decir, nos resulta tan desagradable que es más cómodo hacer algo que no hacerlo. Si quieres conocer profundizar más pincha aquí: http://fabianvillena.com/como-gestionar-el-cambio/#more-889 |
En un mundo donde la competencia y los desafíos son constantes, el éxito ya no se mide únicamente por el coeficiente intelectual (CI). La inteligencia emocional (IE) y la automotivación emergen como pilares fundamentales para alcanzar nuestras metas y construir una vida plena. Este artículo explora la importancia de estas habilidades, su impacto en el ámbito laboral y personal, y ofrece estrategias para cultivarlas.
Puedes ser un genio en lo tuyo, un maestro de la estrategia comercial, un gurú financiero con cuentas más limpias que un quirófano o un arquitecto de sistemas que haría llorar de emoción a cualquier CIO. Pero si sigues creyendo que el mercado laboral premia al más competente, mejor despierta. No siempre gana el más capaz, sino el que sabe moverse mejor.
El Día Internacional de la Felicidad, proclamado por la ONU en 2012, nos invita a reflexionar sobre el bienestar en todas sus esferas. Y si bien solemos confinar la felicidad al ámbito personal, una pregunta comienza a resonar con fuerza: ¿podríamos, deberíamos, ser felices también en el trabajo?
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