“Por nuestra experiencia, en los últimos años estamos viendo como mujeres interesadas en las nuevas tecnologías y la economía circular están creando oportunidades de empleo en el medio rural”, explica Ana Alarcón, responsable de los programas de emprendimiento en Acción contra el Hambre. Así el emprendimiento de las mujeres “puede generar más empleo en las zonas rurales y evitar el abandono de estas zonas, dar visibilidad a su trabajo, adquirir más poder de decisión en consejos rectores y redefinir el rol de los hombres en este ámbito”, manifiesta Alarcón. En definitiva, construir un nuevo tejido rural en el que retener a las personas y evitar la despoblación.
El emprendimiento femenino está ganando terreno en el mundo rural en España, de hecho, según el Instituto de la Mujer, el 56% de los emprendedores en los pequeños municipios eran mujeres. “Pero esto no quiere decir que nunca hayan estado, sino que las mujeres han trabajado de manera informal, en la economía sumergida y detrás del hombre. Ahora cuentan con la visibilidad que antes no tenían y buscan nuevas oportunidades laborales en el campo”, dice Alarcón.
Más dificultades para emprender si eres mujer
No obstante, las mujeres rurales que deciden emprender se enfrentan a dificultades dobles: por su entorno y por su sexo. “Las del medio rural tienen que ver con la falta de acceso a determinados medios de producción, infraestructuras o formación, porque no todas las actividades formativas se realizan on line y esto supone una limitación. En cuanto al sexo, sufren techos de cristal y conductas discriminatorias que continúan limitando la participación femenina en la economía y política rurales”, detalla Alarcón.
El 78% de los Consejos Rectores de Cooperativas Agroalimentarias están totalmente masculinizados. En este sentido, las personas expertas en este ámbito manifiestan que para acabar con las prácticas machistas es necesario “llevar a cabo una importante labor de sensibilización y formación para transformar los valores y creencias que giran en torno a los actuales roles del hombre y la mujer en el medio rural y que en este último caso, vayan más allá del familiar. Es decir, los hombres deben ser aliados y formar parte de los proyectos de sensibilización que empoderan a las mujeres”, concluye Alarcón.
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