El Atlético de Madrid empató este sábado con el Valencia CF (1-1) en un partido de la jornada 9 de LaLiga Santander y donde los colchoneros carecieron de puntería para transformar más allá de un penalti, ante un adversario ramplón y que pese a todo sacó tajada del Wanda Metropolitano gracias a un golazo de falta, anotado por su capitán Dani Parejo.
"Puro sentimiento. ¡Pasen y griten!" rezaba una gran pancarta que desplegaron los herederos del Frente Atlético en los prolegómenos del encuentro. Y lo interpretaron a medias los jugadores colchoneros, que salieron de esta cita liguera con más dudas en la tabla y 16 puntos; mientras, el equipo 'che' se quedó con 13 a rebufo de los puestos europeos.
El inicio, pese a todo, fue con calma por parte de ambos hasta rozar el cuarto de hora. Antes, tan solo hubo una queja de João Félix por un plantillazo fortuito dentro del área rival. El árbitro, Adrián Cordero Vega, entendió que no había nada y desde el VAR igualmente dejaron correr la jugada, sin verse protestas tan siquiera de los futbolistas locales.
En el minuto 12 llegó esa buena oportunidad de Francis Coquelin, rematando por encima del travesaño una bonita triangulación de sus compañeros a la salida de un córner. Replicó Thomas Partey, el chico de moda en el Atlético, con otro disparo lejano y también demasiado alto.
Nada serio hasta el minuto 17, cuando Santiago Arias no dio por perdido un pase en largo que llegaba cruzado hacia su banda derecha. El lateral colombiano controló la pelota en el bastón del córner y ese ademán de fe, de inmediato, había estirado las líneas y abierto resquicios.
Junto con João Félix y el propio Thomas, Arias hiló un ataque que acabó con el balón raso y en franquía para que Saúl Ñíguez tirase tras una dejada de Diego Costa. El '8' rojiblanco escogió la opción de lanzar por abajo y ajustado al poste, aunque se le marchó fuera y no pudo incordiar a Jasper Cillessen.
Casi a renglón seguido, el guardameta neerlandés sí que vio su área en peligro por una llegada del propio Diego Costa, que se desmarcó a la espalda de los centrales para bajar el esférico y conectar un zurdazo raudo, desviado y mientras Cillessen hacía la 'estatua' como respuesta.
El cancerbero visitante ya había tenido algo de trabajo entre medias, atrapando sin apuros un tiro blando de Álvaro Morata. Se demostraba que los delanteros locales tenían ganas de reivindicarse, después de las múltiples críticas recibidas por la sequía goleadora que atraviesan este otoño.
Morata lo intentó de nuevo, de cabeza en un córner, a punto de cumplirse la primera media hora. Despertó entonces el cuadro valencianista, merced a un error de Thomas en un pase por zona 'caliente'. La pelota, sin destinatario, acabó en las botas de Denis Cheryshev, que enganchó un zurdazo potente y que Jan Oblak agarró en dos tiempos.
Superado ese susto, los pupilos de Diego Pablo Simeone abrieron el marcador tras una acción polémica. En un arreón ofensivo, con tiro incluido de João Félix, el conjunto colchonero fabricó otro jugada desde su costado izquierdo y ahí Morata, en la esquina del área, centró a pie cambiado.
Cheryshev tocó el balón con la mano, aunque hizo el gesto de despejar de cabeza, y todo siguió a la espera de que el VAR revisase lo sucedido. Mientras tanto, las protestas de los rojiblancos se acumulaban porque la pelota aún no salía del campo y querían saber el veredicto televisivo.
Cuando Cillessen ya por fin se disponía a sacar de puerta, Cordero Vega le instó a detenerse y se acercó a la caseta del cuarto árbitro para revisar en persona la jugada. El 'trencilla' del colegio cántabro decretó penalti y Diego Costa no lo malgastó, engañando al portero 'che' en su disparo.
El regreso de vestuarios repitió el guion del comienzo del partido, hasta que Cheryshev volvió a destacar entre los suyos en el minuto 53. El uruguayo Maxi Gómez recibió un balón escorado al lado izquierdo, dentro del área local, y en un quiebro con la cintura se zafó de su marcaje y cedió el esférico raso hacia atrás.
El '11' visitante era de lo mejorcito de su equipo, ante la irregularidad de Dani Parejo y las ausencias del citado Rodrigo Moreno y también de Gonçalo Guedes. Así, el ariete ruso remató a la carrera y según le venía para estrellar la pelota en el larguero.
El 'Cholo' Simeone movió el banquillo justo a continuación, dando entrada sobre el césped del Wanda Metropolitano a Thomas Lemar y a Renan Lodi. Y precisamente fue Lemar quien protagonizó la siguiente jugada, con una falta directa desde la frontal, pero sin agobios para Cillessen.
El arquero neerlandés en defensa, Geoffrey Kondogbia en la medular y Cheryshev en ataque estaban siendo los tres pilares de un Valencia anodino en lo demás. Su entrenador, Albert Celades, echaba en falta mayor intervención de referentes como Parejo, que olía el balón escasas veces.
Por ello, el técnico 'che' también optó por hacer cambios y retiró del terreno de juego a Kondogbia, para confiar así en el olfato goleador de Kevin Gameiro. No obstante, el delantero francés apenas cuajó ocasiones de incordio para Oblak, quien de un plumazo pasó de ser mero testigo del partido a ser el salvador de su equipo.
Una parada suya en el minuto 87, el milagro de cada jornada para el esloveno, salvó la remontada. Había sido con una estirada por abajo, a su costado diestro y pegado al poste, adonde Parejo había dirigido un fuerte derechazo. Solo unos pocos minutos antes, el capitán valencianista había logrado el 1-1 con un magistral lanzamiento de falta directa, imparable para Oblak.
A partir de ahí, el encuentro subió en decibelios y en polémica, con expulsión incluida de Kang In Lee en un santiamén y bajo consulta del VAR. El Atlético apretó sin obtener recompensa, como amarga justicia poética a su escasez de puntería. Para mayor inri, João Félix se perdió los últimos 12 minutos por una lesión que obligó a que fuese retirado.
Sin más cambios en la recámara para Simeone, su equipo evidenció que tiene un serio problema en ataque. El tramo de temporada se acelera y los rojiblancos no hallan la manera de convertir en gol sus oportunidades, ya sean muchas o pocas. Además, la Champions League amenaza con regresar en breve al Metropolitano, con el compromiso vital ante el Bayer Leverkusen.
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