Es sabido que notables de la historia española como Hernán Cortés, Miguel de Cervantes y el emperador Carlos V, entre otros, se sintieron alguna vez atraídos por Argelia. Cervantes la visitó más de una vez por voluntad propia, además de los años en que estuvo cautivo allí, y Cortés buscó reeditar la conquista del imperio azteca en el Magreb perdiendo su fortuna en el empeño.
Aunque hoy Argelia no es un destino turístico prioritario para los españoles, el Ministerio de Asuntos Exteriores, Union Europea y de Cooperación español recomienda a los españoles evitar viajes a los campamentos saharauis de Tinduf, considerando la inestabilidad y el incremento de grupos radicales en esa región.
En sus publicaciones digitales, las autoridades españolas advierten del peligro para desplazarse por dicha zona, mencionando además la inestabilidad reinante en el norte de Mali, y las zonas de Argelia fronterizas con Niger, Tunez, la Kabilia, Libia y Mauritania.
Sin duda los campamentos de Tinduf constituyen el destino más riesgoso para los españoles, por los habituales secuestros. En varias oportunidades, españoles han visitado el lugar y las autoridades no les han permitido regresar.
Las condiciones represivas del lugar son una afrenta a los tiempos que corren, dado que una banda armada tiene orden de arrestar e interrogar a cualquier disidente dentro de los mismos campamentos.
Luego de una intensa presión internacional, un par de semanas atrás fueron liberados tres opositores al esquema de dominación imperante. Dos blogueros y activistas políticos saharauis, Mulay Abba Buzeid y Mahmud Zeidan, fueron puestos en libertad junto al español Fadel Breica. Todos ellos habían sido apresados por disentir con las autoridades, y relataron haber sufrido apremios físicos y psicológicos en las mazmorras del líder del Polisario, Brahim Ghali.
Ghali encabeza un grupo separatista inspirado y sufragado por Argelia, que fracasó en lograr la independencia de una región del sur marroquí, aunque hoy sobreviva como aparato de propaganda para captar ayuda internacional que termina grotescamente malversada. Este grupo separatista es responsable de las condiciones infrahumanas que prevalecen en los campamentos de Tinduf.
La Unión europea ha publicado datos donde detalla que son falseados desde los datos demográficos de la población que vive allí, hasta el destino de los alimentos que son donados para ser consumidos en ese lugar.
A toda resolución razonable, la dirigencia del grupo ha realizado objeciones y sumado reclamos inaceptables, con el evidente objetivo de seguir lucrando con la cada vez más escasa ayuda internacional.
Sin dudas, advertencias como la realizada por las autoridades de relaciones exteriores de España, son síntomas que para la farsa en el otrora Sahara español, es tiempo de abrir un epílogo. LAW
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