Tras confirmarse el fallecimiento del papa Francisco a las 7:35 horas de este lunes, 21 de abril de 2025, el Vaticano activó un protocolo fúnebre y de transición actualizado por el propio pontífice, quien en 2024 reformó el Ordo Exsequiarum Romani Pontificis para simplificar ritos y enfatizar la humildad. Este proceso, que combina tradiciones centenarias con innovaciones, incluye desde la constatación oficial de la muerte hasta la elección de un nuevo líder para los 1.400 millones de católicos del mundo.

Papa Francisco - (Foto de: Stefano Spaziani - Europa Press)
Confirmación del fallecimiento y primeros ritos La primera fase comenzó con el cardenal camarlengo Kevin Joseph Farrell, responsable de certificar la muerte del pontífice. A diferencia de rituales anteriores, que incluían golpear la frente del Papa con un martillo de plata y llamarlo por su nombre de bautismo, el nuevo protocolo eliminó esta práctica para centrarse en una verificación médica y litúrgica en la capilla privada de la Domus Sanctæ Marthæ.
El cuerpo de Francisco fue colocado en un féretro de madera con revestimiento interno de zinc, sustituyendo el tradicional sistema de tres ataúdes (ciprés, plomo y roble). Este cambio, impulsado por el Papa para evitar "excesos protocolarios", refleja su deseo de un funeral sencillo, similar al de cualquier obispo.
Inmediatamente después, se procedió a la destrucción del Anillo del Pescador, símbolo de su autoridad, para evitar falsificaciones. Este acto, realizado con un martillo, marca el fin oficial del pontificado.
Exposición pública y funeral: un homenaje austero El cuerpo del papa fue trasladado directamente a la Basílica de San Pedro, omitiendo el velatorio privado en el Palacio Apostólico. Desde la tarde del 21 de abril, el féretro permanece expuesto en un catafalco abierto, sin el báculo papal ni otros símbolos de poder temporal, tal como Francisco dispuso.
La misa exequial, prevista para el 23 de abril, será presidida por el decano del Colegio Cardenalicio en la Plaza de San Pedro. Durante el ritual, se evitarán títulos como "Sumo Pontífice", optando por fórmulas como "Pastor" u "Obispo de Roma", en línea con la visión humilde de Bergoglio. Se espera la asistencia de líderes mundiales y miles de fieles, aunque el Vaticano ha limitado los elementos ceremoniales, como coros o adornos lujosos.
Sepultura en Santa María la Mayor: rompiendo tradiciones
Francisco expresó en vida su deseo de ser enterrado en la Basílica de Santa María la Mayor, en Roma, donde veneraba una imagen de la Virgen y celebró su primera misa tras ser elegido Papa en 2013. Este hecho rompe con la costumbre de sepultar a los pontífices en las Grutas Vaticanas, seguida desde el siglo XX.
El entierro, programado para después del funeral, seguirá un proceso simplificado: el féretro será sellado y trasladado sin los antiguos rituales de triple sepultura. "Quiero descansar donde los fieles puedan visitarme sin grandilocuencias", escribió el Papa en 2023.
Sede Vacante: gobierno temporal y preparativos para el cónclave Con la muerte de Francisco, se declara la Sede Vacante, periodo en el que el camarlengo administra los bienes de la Santa Sede bajo la supervisión del Colegio Cardenalicio. Todos los cargos de la Curia Romana, excepto el Penitenciario Mayor y el Camarlengo, cesan sus funciones.
Durante este tiempo, se celebran las congregaciones generales, reuniones de cardenales para organizar el cónclave y discutir los desafíos de la Iglesia. Estas sesiones incluyen a los 138 cardenales electores (menores de 80 años) y a 114 eméritos, quienes ofrecen apoyo espiritual pero no votan.
El cónclave: elección en la Capilla Sixtina El cónclave está previsto para entre el 6 y el 11 de mayo, dentro del plazo de 15-20 días establecido por la Constitución Apostólica Universi Dominici Gregis. Los cardenales se alojarán en la Casa Santa Marta y votarán en la Capilla Sixtina, aislados del exterior y bajo juramento de secreto.
Para ser elegido, el candidato necesita dos tercios de los votos. Cada jornada incluye hasta cuatro rondas de votación, con papeletas quemadas en una estufa especial: humo negro indica falta de consenso; blanco, la elección de un nuevo Papa. Este año, se añadieron sustancias químicas (clorato de potasio y lactosa) para asegurar la claridad del humo blanco.
Entre los posibles candidatos destacan el cardenal Pietro Parolin (secretario de Estado) y Luis Tagle (Filipinas), aunque el perfil buscado podría incluir a un líder que continúe las reformas de Francisco, como la descentralización del Vaticano y el enfoque en los pobres.
Legado de un papa revolucionario Las reformas de Francisco no solo transformaron los rituales fúnebres, sino que reflejaron su visión de una Iglesia "pobre para los pobres". Al eliminar símbolos de poder y optar por una sepultura fuera del Vaticano, subrayó su rechazo a la pompa y su conexión con la espiritualidad popular.
Mientras el mundo católico llora su partida, el proceso iniciado este 21 de abril marca un punto de inflexión: la elección de un nuevo papa en un contexto de desafíos mundiales, desde la crisis climática hasta las divisiones internas en la Iglesia. Como dijo Bergoglio en 2013: "La verdadera autoridad es servicio, no privilegio".
|