El dominicano Argéniz Méndez realizará la segunda defensa de su título mundial superpluma FIB ante el cubano Rancés Barthelemy el próximo día 3 de enero de 2014 en Minnesota, EEUU.
Barthelemy intenta seguir los pasos de sus compatriotas Rigondeaux y Lara y obtiene esta oportunidad mundialista la cual se ha ganado a pulso con sus últimos enfrentamientos en forma de eliminatoria oficial. ¿Pero qué puede ofrecer el oriundo de Arroyo Naranjo al campeón?
1º- Rancés, como buen cubano, viene precedido de una buena carrera como aficionado con una experiencia de más de 200 combates alcanzando el campeonato junior de su país. Presenta de este modo un buen registro, aunque no hay que olvidar que Méndez fue un excelente amateur con un palmarés de 238-12. Éste fue Subcampeón Mundial Cadete 2003 y Junior 2004, así como Campeón de los Juegos Panamericanos en 2005. Y participó en los JJOO de Atenas 2004. Ya sabe lo que es enfrentarse a un cubano como Rigondeaux o incluso a Juanma López, aunque en ambas ocasiones fuese derrotado.
Por tanto, la experiencia amateur del cubano no será su punto fuerte.
2º- El aspirante tiene un palmarés de 19-0 (12 Kos) y debutó en 2009 como profesional presentando una experiencia de cuatro años en los que tan solo en una ocasión ha consumido doce asaltos, y no con muy buen sabor de boca a pesar de aquella apretada victoria ante el afgano Arash Usmanee quien le complicó realmente la existencia. Este triunfo en forma de eliminatoria oficial y otro más por nócaut ante el tailandés Fahsai Sakkreerin hace seis meses son sus victorias más significativas, junto con la de Hylon Williams Jr, pupilo de Golden Boy Promotions a quien arrebató el invicto. Pero Méndez no le va a la zaga y se ha enfrentado a púgiles de mayor entidad. Con tres años más de experiencia como profesional y un record de 21-2-1 (11 Kos), ya ha disputado doce asaltos en cinco ocasiones. Además de su victoria ante el excampeón mundial sudafricano Cassius Baloyi, son destacadas sus batallas ante mexicanos como las dos ante Martin Honorio y las otras dos ante Juan Carlos Salgado. Batallas marcadas por la victoria a excepción del primer duelo con Salgado del que tuvo la oportunidad de vengarse por nócaut en combate de revancha. Su último combate hace cuatro meses tiene un elemento común con el cubano, ya que fue ante el afgano Usmanee quien también se lo puso muy complicado, llegando a solventar el pleito con un empate.
Por tanto, la experiencia como profesional tampoco es que se encuentre del lado del retador.
3º- La mandíbula del cubano está aún por probar, ya que todavía no se ha enfrentado a un noqueador de renombre, pero hasta el momento ha dado la talla. Es cierto que Usmanee le puso en apuros, pero más bien por falta de gasolina que por asimilación del castigo. Méndez por su parte sí ha probado medicina ante Jaime Sandoval, quien le infringió su primera derrota aunque no le noqueó, ante el mexicano Salgado o ante el noqueador cubano Ález Pérez. Y siempre se ha mantenido en pie.
Por tanto, el encaje de Rancés es bueno aunque no definitivo. A su favor, la escasa potencia de Méndez.
4º- La velocidad del aspirante no es superior a la del campeón, quien es eléctrico en los primeros asaltos con su contragolpeo. Esta cualidad se verá más nivelada a partir del ecuador de la pelea donde el dominicano baja un poco el pistón, y es la dureza de los golpes la que será premiada.
Por tanto, la velocidad del cubano es un punto fuerte pero no ante un endiablado Méndez.
5º- El físico de Rancés le proporciona una serie de ventajas en cuanto a estatura se refiere, 1´80 por 1´75 centímetros del campeón, y su envergadura de 1´85 por 1´80 igualmente. Para el trabajo en larga distancia el cubano se puede ver favorecido. Pero también hay que tener en cuenta que la mayoría de su carrera la ha realizado en el peso ligero, a excepción de las dos eliminatorias en 2013 ante Usmanee y Sakkreerin, y con el primero tuvo problemas de fuelle. Méndez sin embargo ha militado siempre en la categoría superpluma, y en ella ha conquistado otros títulos menores. La edad no da ventaja a ninguno, 27 años para ambos, y si el cubano se encuentra fuerte en la división en la que ha tenido este año para afianzarse tampoco debe haber preeminencia.
Por tanto, la morfología del aspirante juega a su favor en caso de poder utilizarla.
En resumen y analizando a ambos púgiles, Méndez tendría a priori más posibilidades de retener su título que Rancés de alcanzarlo, aunque esto no es una ciencia exacta y es aquí donde radica la magia del espectáculo.
Hay que tener en cuenta que la técnica de Barthelemy es óptima. Ejecuta toda la gama de golpes y posee un jab continuo que le permite estar en distancia en cada momento. Puede realizar un combate en larga distancia y en modo contragolpe, caminado hacia atrás y colocando potentes impactos aislados, o puede tomar una actitud ofensiva, en la que acorta el terreno de la verdad utilizando una guardia de escudo y avanza de un modo muy frontal para poder insertar su combinación sobre la de su adversario. En esta segunda opción, si hiciese uso de pasos laterales para su aproximación sería un blanco menos fijo y podría optar a la victoria con el poder de su pegada. Pero Méndez es un contragolpeador excelente, poseedor de una técnica exquisita que aprovecha al máximo el fallo del rival para conectar un certero golpe a pesar de su exigua pegada, y si es fiel a su estilo y es capaz de evitar el trabajo al cuerpo que le lance el cubano se llevará la victoria a su terreno, siempre que cuide cuide la permeabilidad de su guardia por llevar la izquierda baja. Conforme al paso de los asaltos, y cuando su velocidad baje de revoluciones, crecerán las opciones del aspirante en caso de poseer el carburante suficiente para presionarle. Será un combate digno de campeonato mundial.
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