Siglo XXI. Diario digital independiente, plural y abierto. Noticias y opinión
Viajes y Lugares Tienda Siglo XXI Grupo Siglo XXI
21º ANIVERSARIO
Fundado en noviembre de 2003
Opinión
Etiquetas | España | Cultura | Arte

Dalí

Tan amado como odiado, nunca dejó indiferente a nadie
Carlos Salas González
martes, 4 de febrero de 2014, 07:41 h (CET)
Se acaban de cumplir veinticinco años de su muerte y el surrealista por excelencia sigue desatando pasiones encontradas. Muchos le admiran profundamente, pero también hay quien no le perdona su connivencia con el franquismo. En cualquier caso, juzgar la categoría de un artista en función de algo que no sea su obra es una completa estupidez. Cierto es que codearse con los mandatarios de una régimen dictatorial está feo, pero eso no resta ni un ápice de calidad artística a quien de verdad la tenga. Lo curioso es que los que censuran a Dalí por su vinculación con la España de Franco son los mismos que tienen en los altares a gente como Silvio Rodríguez, diputado durante un par de décadas en la Cuba de los Castro. Desde luego, sería propio de un idiota no reconocer y valorar la maestría del cantautor cubano por muy colaborador de la dictadura castrista que haya sido. Pues lo mismo debería ocurrir con el gerundense.

Dalí fue un genio. A su imponente obra como artista plástico, de la que forman parte algunas de las mejores pinturas de todo el siglo XX, habría que sumar su condición de gran precursor en lo que a la cultura de masas se refiere. Construyó un personaje extravagante e icónico que convertía en oro todo lo que tocaba. Un rey Midas al que André Bretón no perdonó su éxito crematístico al otro lado del Atlántico, de ahí que pretendiese herirle llamándole "Avida Dollars". No cabe duda de que erró el tiro, pues Dalí se lo tomó como un halago e hizo uso frecuente del ingenioso anagrama que le había "regalado" el gurú del surrealismo.

No se puede poner en tela de juicio la genialidad de un tipo capaz de describirse diciendo cosas como ésta: "La única diferencia entre un loco y yo es que yo no estoy loco". O de quien, para definir el surrealismo, espetó la siguiente frase: "El surrealismo soy yo", parafraseando al mismísimo Luis XIV. Un ser extraordinario, narcisista, deslumbrante, excesivo, sorprendente, contradictorio, fascinante, lenguaraz... Un genio que, junto a Picasso y Buñuel, volvió a situar a España, tres siglos después y con todos los honores, en el mapamundi del arte.

Noticias relacionadas

Como la lluvia fina que parece que no, pero cala hasta los huesos: el mensaje es claro, quieren que acabemos pensando que “lo que nos viene encima es irremediable”, que los recortes que van a dar en el Estado del bienestar de aquellos que todavía tienen la suerte de tener una nómina, son absolutamente necesarios.

Estos días celebramos la venida de la Luz al mundo. En el Evangelio de Mateo (Mt 9,27-31), encontramos un pasaje profundamente conmovedor: dos ciegos siguen a Jesús, clamando: «¡Ten piedad de nosotros, Hijo de David!». Esta súplica es el grito del hombre que reconoce su necesidad y se dirige con esperanza al único que puede darle luz.

Estamos celebrando la festividad más popular, globalizada y consumista de todos los tiempos. Ésta se da para conmemorar el nacimiento del personaje más importante de la historia universal, aquel que divide la divide en dos periodos: antes y después de Cristo. Lo paradójico es que Jesús no pudo haber nacido el 25 de diciembre del año cero (pues eso no existe en el calendario oficial), sino muy probablemente meses y años antes.

 
Quiénes somos  |   Sobre nosotros  |   Contacto  |   Aviso legal  |   Suscríbete a nuestra RSS Síguenos en Linkedin Síguenos en Facebook Síguenos en Twitter   |  
© 2024 Diario Siglo XXI. Periódico digital independiente, plural y abierto | Director: Guillermo Peris Peris
© 2024 Diario Siglo XXI. Periódico digital independiente, plural y abierto