Con cierta regularidad aparecen por la historia estos seres que se sienten marcados por una varita mágica. Desde el principio de los tiempos ninguna generación se ha visto librada de la aparición de uno de estos “adalides”. Tras su aparición las funestas consecuencias no han tardado en aparecer.
El año 2025 se ha visto “premiado” por la llegada al poder de un individuo de pelaje extraño y una larga corbata roja (tipo payaso de circo) como signo de identidad. Todo ello adornado por un lenguaje propio de aquellos que en Málaga llamamos “merdellones”. Mucho dinero y poca clase. Rápidamente se ha rodeado de personajes que ostentan la misma condición. Para colmo se ha visto librado milagrosamente de un disparo que le rozó el pelazo. En su opinión una señal reveladora de su “bendición” divina.
El señor Trump apenas ha llegado a detentar el poder en el universo yanqui, ha hecho patentes sus deseos de autonombrarse salvador de los Estados Unidos de América. Para ello, después de una limpieza étnica a fondo, se ha propuesto arrasar el resto de los países que le puedan hacer sombra, cuyos gobernantes deben ponerse en cola para “besarle el culo” (sic) y pedirle por favor que nos deje seguir buscándonos la vida.
Estos personajes tienen una corta trayectoria. Normalmente “quien a hierro mata, a hierro muere”. Son defenestrados por los mismos que les subieron a la poltrona. Pero mientras están en el candelero hacen bien la puñeta.
Yo no les culpo a ellos de sus desatinos. Estimo que los responsables de su encumbramiento son aquellos que les votan y les siguen enfervorizados. Sus más acérrimos seguidores son dictadores en ciernes, que no tienen reaños ni capacidad para poner en práctica sus tendencias imperialistas y su prepotencia latente. Esas multitudes vociferantes que, según soplen los vientos, se cambian de chaqueta; que se escudan en la masa para hacer aquello que no son capaces de defender individualmente. Los que tenemos cierta edad hemos vivido de cerca estas actitudes.
Pasará el vía crucis laico al que nos está sometiendo el Sr. Trump. Los mandatarios de todo el mundo “le besarán el culo” para que les dejen en paz y, Dios quiera que pronto, se irá este representante de lo peor de la política dedicada al beneficio propio y saldrá otro que lo mejore. Cosa que no es difícil.
Lo peor de todo es que lo malo abunda. En todos los estamentos tenemos “salvapatrias” de primera, segunda y tercera división.”Si quieres conocer a Juanillo… dale un carguillo”. En seguida se destapan. Por sus hechos los conoceréis.
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