| Ficha técnica | 87 - Real Madrid: Llull (20), Rudy Fernández (4), Darden (5), Mirotic (9) y Bouroussis (5) -quinteto titular- Sergio Rodríguez (22), Slaughter (2),Reyes (18), Alberto Martín (-), Mejri (0), Barreiro (-) y Dani Díez (2).
76 - Iberostar Tenerife Uriz (12), Richotti (7), Rost (0), Gutiérrez (15) y Sikma (10)-quinteto inicial- Niang (0), Bivia (2), Heras (7), Rodríguez (0), Chagoyen (4), Fajardo (4) y Saúl Blanco (15).
Parciales: 21-16, 20-24, 13-19, 33-17.
Árbitros: Perea, Castillo y Fernández Sánchez.
Incidencias: Vigésimo primera jornada correspondiente a la fase regular de Liga Endesa, disputado en el Palacio de los Deportes (Madrid) ante 10.500 espectadores. |
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Se necesitan nuevos desafíos en el Real Madrid. Después de seis meses de competición, dos trofeos (Supercopa y Copa del Rey) y una importante ristra de registros pulverizados (balance de 43-1), ya no es suficiente con ganar por una abismal diferencia de puntos. Se necesita también vencer con sufrimiento; resolviendo encuentros en minutos. Como sucedió con el Tenerife. Los isleños estuvieron cerca de repetir su hazaña. No fue posible porque este Real Madrid gana cuándo y cómo quiere. Y si necesidad de brillar.
Pocos encuentros en el Palacio de los Deportes han alcanzado el cuarto período con un marcador tan ajustado como escaso en puntuación: 54-59. A falta de diez minutos, en el ambiente empezaba a aparecer el fantasma del curso pasado, cuando el Tenerife se impuso (83-96) en Madrid. No sucedió porque este Real Madrid hizo en diez minutos lo que no hizo en los treinta anteriores. Es decir, ser ese equipo fuerte en defensa y asesino en ataque. Del 54-59 se pasó al 65-61 en escasos tres minutos. Otros tres minutos más: 77-65. El Tenerife tampoco pudo con el Real Madrid.
No con todo el equipo, sino con Felipe Reyes. El capitán tomó el mando al comienzo del último cuarto para anotar 7 puntos consecutivos, equilibrando el marcador y dando fuerzas al Real Madrid. Después, Reyes dejó el timón a Llull. Hasta entonces sólo 9 puntos y un juego alejado al mostrado en sus últimas apariciones. Desde el puesto de base aportó velocidad y 10 puntos también consecutivos. Consecuencia: el Tenerife se vio superado por el huracán Real Madrid. No sólo en ataque (parcial de 33 a 17); en defensa, también: 10 puntos a favor en casi 8 minutos.
Aunque el final fuera el mismo de siempre (triunfo del Real Madrid), tanto equipo como afición se marcharon a su casa saboreando un triunfo diferente, con un juego poco brillante, pero con mucha garra y corazón. Pero siendo efectivos cuando tocaba serlo. En esos tiempos donde se resuelven encuentros ajustados. Porque hasta entonces, el Real Madrid acusaba el cansancio, su relajación, la falta de dos jugadores como Draper y Carroll, su escasa puntería en ataque, su falta de tensión defensiva y a un Tenerife (destacando Gutiérrez, aunque se secó pronto; y que Rost, no apareció) muy sobrio, planteando un duelo agresivo, sin dejar maniobrar al Real Madrid.
Sólo Sergio Rodríguez escapó a esa táctica isleña. Quizá jugaba con ventaja. El base, con 22 puntos finales, mantuvo a flote al Real Madrid hasta el descanso con sus 19 puntos y su buena dirección, puesto que, de lo contrario, el Tenerife hubiera disfrutado de alguna ventaja más cómoda. No sucedió. Todo acabó cuando decidió el Real Madrid. Y consecuentemente con un nuevo récord: 21 triunfos consecutivos, igualando el segundo mejor inicio de toda la historia.
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