| Ficha técnica | 73- Bilbao Basket: Grimau (9), Pilepic (2), Mumbrú (12), Hervelle (3), Kavaliauskas (6) -cinco inicial--; Díaz (1), Bertans (19), Vrkic (-), Markota (9), Samb (-) y Germán Gabriel (6).
87- Real Madrid: Darden (6), Rudy (3), Llull (9), Mirotic (9), Bouroussis (2) --cinco inicial--; Draper (3), Reyes (16), Díez (4), Sergio Rodríguez (17), Slaughter (4) y Mejri (4).
Parciales: 19-15, 16-23, 23-25 y 15-24
Árbitros: Pizarro, Cortés y Sánchez.
Incidencias: 10.000 espectadores en el Bilbao Arena. |
Datos destacables | Lo mejor: El Bilbao Basket A pesar de la derrota, los bilbaínos merecen ser destacados por su profesionalidad. Meses sin cobrar y a pesar de ello salían a por la victoria en cada partido luchando contra todas las adversidades. A partir de ahora, huelga indefinida de los jugadores.
Lo peor: la lesión de Hervelle El belga tuvo que abandonar la cancha en el primer cuarto cojeando, el equipo perdió a unos de sus hombres fuertes para el resto del partido. A espera de lo que digan las pruebas, sufre un esguince en la rodilla.
El dato: Si no se soluciona el futuro de los jugadores, este puede haber sido el último partido de los hombres de negro en la temporada. |
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El Bilbao Basket recibía al Real Madrid en Miribilla, un choque que suele dejar mucho baloncesto y buen juego; pero hoy en Bilbao, importaban más los sentimientos que el baloncesto. Los blancos se llevaron la victoria en un partido con un ambiente emotivo y tenso por la situación que esta viviendo el equipo (73-87).
Los hombres de negro jugaron y pelearon por la victoria hasta el último momento, pero ahora una duda planea sobre las cabezas de todos los bilbaínos; ¿habrá sido este el último partido de los hombres de negro? Mañana los jugadores empiezan una huelga indefinida y ante los blancos realizaron el último acto de servicio.
El partido arrancaba con la afición apoyando a su equipo en estos momentos tan delicados, el primer cuarto empezaba con falta de acierto de los dos equipos como bien reflejaba el marcador, 6-7 en cinco minutos de juego.
Empezaban un intercambio de golpes entre los dos equipos y las canastas empezaban a llegar. Los locales lograban frenar a los de Laso y gracias a los puntos de Bertans lograban finalizar por delante en el primer cuarto (19-15).
Pero los blancos cambiaban su cara con Sergio Rodríguez en pista, el base despertaba a los de Laso de su letargo e imprimía un ritmo vertiginoso en la cancha para lograr igualar el marcador. Los madrileños le endosaban un parcial de 0-10 a los locales, los bilbaínos aguantaban las embestidas de su rival como podían y dejaban que los de Laso se escapasen en el marcador para llegar al descanso 35-38.
Tras la salida de vestuarios, los pupilos de Pueyo saltaban con más intensidad a la cancha y lograban acercarse en el luminoso, luchaban los bilbaínos como podían para dejar el marcador apretado.
Empezaban los fallos de cara al aro y las pérdidas de balones, los blancos no tenían piedad y aumentaban su renta hasta los diez puntos. Pero aparecía Markota con cinco puntos consecutivos para meter a los hombres de negro en el partido al término del tercer cuarto (58-63).
En los diez minutos finales el Real Madrid, que llegaba con siete puntos de diferencia, lograba aumentar su ventaja a catorce gracias a las continuas pérdidas de balón que sumaron los bilbaínos en los minutos iniciales.
Los de Laso sabían mantener su renta y los vascos intentaban a pelar a la heroica para recortar distancias, pero no había tiempo para épicas y los madrileños suman una nueva victoria (73-87).
Final del partido y victoria para los blancos, pero llegaba el momento de los hombres de negro. Miribilla ovacionaba a su jugadores demostrándoles que les apoyan en la huelga y que les agradecen la profesionalidad de los últimos meses, donde a pesar de no cobrar disputaron cada partido hasta el final.
Los jugadores del Real Madrid hicieron un pasillo a los jugadores del Bilbao Basket para demostrarles su apoyo en estos momentos tan difíciles. Gran gesto de los blancos. Los jugadores, entre lagrimas, volvían a salir a la pista para agradecer el cariño de ese “efecto Miribilla” que nunca les ha abandonado.
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