Victoria, superación y ganas de borrar una noche digna de
olvidar. Desde luego que fue un fracaso estrepitoso el debut de “la Roja” en el Mundial, pero esta selección se merece de nuevo nuestro más sincero voto de
confianza por todo lo que nos ha hecho disfrutar y por cada una de las alegrías
que nos ha dado desde hace ya varios años. Una generación de deportistas, un
grupo de compañeros que tienen relación de amistad que esta noche se juegan todo
a eso de las 21 horas ante Chile.
España vuelve a Maracaná y espera no correr la misma suerte
que en la Confederaciones y romper con ese mito o esa idea de que toda gran
selección tras conseguir su estrella acaba precipitándose y sucumbiendo a la
primera de cambio en la siguiente convocatoria.
Si en algo tiene razón Fernando Torres es que no es momento
de buscar culpables. Es momento de remontar, de que vuelvan a creer en la
selección fuerte y cohesionada del pasado mundial y saquen a relucir toda su
experiencia en este tipo de competiciones. Bien es cierto que en Sudáfrica
también comenzamos perdiendo frente a Suiza, y podemos seguir confiando. Pero
el caso de este año ante Holanda se ha planteado de forma bien diferente.
Hay que ganar a Chile, ganar a Australia e intentar entre
estos dos partidos remontar la desventaja de seis goles con relación a los chilenos en el
cómputo general. Parece una auténtica odisea. Pero vamos señores, de peores
hemos salido y aunque todo parezca más negro que blanco, la esperanza es lo
último que se pierde y hoy, toda España, pese a la triste y deprimente derrota
del debut, solo tiene una visión y un pensamiento. Y es positivo. Todo el mundo
confía en La Roja y no pasa por la cabeza de nadie el volver a agachar las
orejas por pura vergüenza como nos pasó
ante Holanda. Los de Van Gaal se desquitaron del repaso español en la final del Mundial 2010, pero no tiene que servirles de nada.
Nueva oportunidad para demostrar que las estrellas se ganan
y se mantienen. Y que pese a todas las idas y venidas que ocasionan estos
eventos, las comisiones, los fraudes y las revueltas, al final
siempre acaba imponiéndose el fútbol. Qué tendrá este deporte para pasar por
encima de todo y que el resto del mundo haga oídos sordos al contexto en el que
se desarrolla. Al parece más de lo mismo sucederá en Qatar 2022, ni siquiera
se perfila la fecha de comienzo y las
múltiples irregularidades, ilegalidades y conflictos de intereses están a la
orden del día. Fútbol es fútbol y no debería haber más…pero bueno, ya sabemos
cómo funciona todo esto.
Y una vez más desde estas líneas, y aunque no nos oigan,
seguimos creyendo en el milagro. Ánimo chavales, dos estrellas sientan mejor
que una.
|