La celebración del 13º Congreso Nacional de la Asociación Española para el Estudio de la Menopausia, que ha tenido lugar recientemente en el Bilbao, ha arrojado algunos datos preocupantes. Según han puesto de manifiesto los expertos reunidos en torno a la mesa ‘El papel de la dieta en la salud ósea. Ingesta de calcio durante la menopausia: recomendación vs. realidad ’, organizada por AEEM y el Instituto Puleva de Nutrición, ocho de cada 10 mujeres en edad adulta no toman las cantidades de calcio necesarias para asegurar la buena salud de sus huesos.
Estos datos epidemiológicos han sido destacados por el doctor Joan Quiles, responsable de la Unidad de Nutrición Comunitaria en FISABIO y coordinador del II Plan de Prevención y Control de Osteoporosis de la Comunitat Valenciana, a lo que ha añadido que “el colectivo con los mayores índices de prevalencia de enfermedades óseas sigue siendo el de las mujeres, que supone un 66% por ciento de los pacientes tratados por este tipo de afecciones”. De este modo, el doctor Quiles ha subrayado la importancia del calcio para la salud del esqueleto humano, y especialmente el de la mujer, ya que su ingesta, conjuntamente con la práctica habitual de ejercicio y una alimentación equilibrada[1], son el principal instrumento para lograr una adecuada densidad ósea y para la prevención, de este modo, de patologías como la osteoporosis.
Por su parte, la doctora Nancy Salas, directora del Departamento de Investigación Clínica del Instituto Palacios, ha puesto el acento en su intervención en los mecanismos de mejora de la biodisponibilidad del calcio y su absorción en el hueso. De esta manera, esta experta ha señalado que la ingesta de este mineral debe ir acompañada de vitamina D, que facilita su absorción desde el sistema digestivo a la sangre, y de vitamina K, que logra su fijación en los huesos.
Sobre la absorción, ha subrayado que no todo el calcio que contienen los alimentos es asimilado por el cuerpo de la misma forma: “La gran mayoría de los minerales muestran ciertas interacciones con otros nutrientes, que pueden favorecer su absorción o por el contrario, provocar que sean eliminados. De hecho, diversos estudios demuestran que el 60% del calcio que se consume se elimina de forma natural”. Asimismo, ha indicado que “mientras que nuestro organismo absorbe el 32% del calcio que contiene la leche, en las almendras es el 21%, en las legumbres es el 17% y las espinacas un 5%. De esta forma, gran parte del calcio que tomamos cada día es eliminado sin que se llegue a incorporar a la masa ósea. Para facilitar que llegue y que quede fijado al hueso, la ingesta adecuada de este mineral debe ser complementada con otros nutrientes como la vitamina D y K logrando su desarrollo y protección[2]”.
Pero los españoles tampoco toman las cantidades de vitamina K que recomiendan los expertos. Un estudio científico llevado a cabo en 2013 por nutricionistas de varias universidades madrileñas[3] muestra que casi el 50% de los españoles no consume la suficiente cantidad de frutas y verduras, principal fuente de esta vitamina. Aunque las carencias son aún mayores en el caso de la vitamina D. Según la Agencia Española de Consumo, Seguridad Alimentaria y Nutrición (AECOSAN), el 85%[4] de la población no cumple con las recomendaciones sobre este nutriente primordial para tener sanos el corazón y los huesos.
El 78% de los españoles no toma el suficiente calcio
Diferentes estudios científicos llevados a cabo en España muestran que la población, desde los menores hasta los adultos, no consume las cantidades de calcio recomendadas por la OMS. En el caso de los recién nacidos, la Organización Mundial de la Salud cifra en 400 mg al día las necesidades de calcio que deben cubrir. Una aportación que varía según la edad y que llega hasta los 1300 mg al día a partir de los 60 años para evitar pérdidas.
En nuestro país, el 76% de los niños de entre siete y 11 años no cumple con estas recomendaciones. A pesar de que a partir de los nueve años el consumo de lácteos debería ser de tres raciones al día, la ingesta es menor[5] lo que afecta directamente en el calcio que reciben a través de su dieta. Pero la situación no varía en los adultos, donde el 78% no ingiere las cantidades recomendadas. De hecho, los expertos[6] destacan que esta tendencia se acentúa con la edad, lo que provoca que el 79% de las mujeres españolas[7] no tome el calcio necesario durante la menopausia.
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