Brasil domó (2-1) a Colombia este viernes para citarse en semifinales con Alemania en el Mundial del que es anfitrión, un billete conquistado con algo de sufrimiento a pesar de ofrecer su mejor versión en el torneo durante la primera mitad, y que se decidió con los tantos de los centrales Thiago Silva y David Luiz, los cuales mandaron sobre el postrero e insuficiente de James Rodríguez.
El capitán de los brasileños, que se perderá las 'semis' por acumulación de tarjetas, allanó el camino a los siete minutos. Colombia había saltado rápida y aparentemente sólida. Sin embargo, su primer error y desajuste provocó una salida en tromba de Neymar que terminó en un córner mal defendido por los colombianos, donde Silva puso por delante a la pentacampeona del mundo.
De un plumazo, los de Luiz Felipe Scolari se quitaban la presión y dudas que tanto les han perseguido y comenzaban a gustarse. Por contra, los de José Pékerman no se levantaron hasta la segunda mitad. Ahí, los brasileños dieron un bajón y, a pesar de que cuando peor estaban David Luiz trajo la calma con un gran gol de falta directa, James trajo la emoción, recortó distancias de penalti y convirtió los últimos minutos en un achique de agua por parte de los de amarillo.
Con el viento a favor, la anfitriona disfrutó de la primera mitad ante una Colombia intimidada y sin acierto en medio de un vertiginoso ritmo de partido. La mejor noticia para los cafeteros fue el 1-0 al descanso, después de los mejores minutos de Brasil en 'su' Mundial. La presión y velocidad de los locales, junto a un ataque con ideas y recursos más allá de buscar a Neymar, ahogaron a su rival, desorganizado y una defensa errática y muy encerrada.
Además del delantero del FC Barcelona, más en labores de creación, Hulk --con la ayuda de un Marcelo relampagueante-- disfrutó de varias ocasiones, aunque todas chocaron con el meta Ospina, el mejor de los suyos. Seriamente tocada desde el gol de Silva, Colombia no acertó en la salida del balón, donde apenas apareció James Rodríguez, y se vio superada claramente por el hambre de la 'canarinha' por ser reconocida como favorita por motivos propios.
Y es que en su conjunto, Brasil mandó en la primera mitad desde una línea defensiva con Silva inexpugnable hasta un ataque alegre y por momentos indomable. Además, la fuerza de Fernandinho y Paulinho en el centro del campo hicieron olvidar a un Luiz Gustavo sancionado y que había sido de lo mejor de los de Scolari hasta la fecha. Con todo y, básicamente, sobreviviendo, Colombia saltó tras el descanso con las opciones intactas.
Con la entrada de Ramos por un desacertado Ibarbo y, sobre todo, el bajón de la 'Verde-Amarela' en el arranque, los de Pékerman comenzaron a creer. Brasil decidió dosificar fuerzas y perdió la inercia del duelo, asumiendo riesgos ante un rival que comenzaba a trabajar como apuntaba su trayectoria en el Mundial. Sin embargo, cuando peor pintaban las cosas para los brasileños, David Luiz desataba la euforia.
Sin nada que perder y con 20 minutos por delante, los de Pékerman dieron un paso al frente, y a diez para el final, un gran pase de James a Bacca terminó en penalti por el derribo de Julio Cesar al sevillista. La estrella colombiana convirtió la pena máxima, sexto gol en el Mundial, haciendo justicia a lo visto en la segunda mitad y convirtiendo a los de Scolari en un manojo de nervios. Con sufrimiento y Neymar sustituido por un fuerte golpe en la espalda de Zúñiga, Brasil volvió a las semifinales 12 años después.
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