La selección alemana ha vencido a Argentina (1-0) en la final del Mundial de Brasil 2014 disputada en Maracaná, logrando así la cuarta estrella de su historia, en un intenso partido que se tuvo que decidir en la prórroga y en el que el gran protagonista fue Mario Götze, que salió en el minuto 88 e hizo un magnífico tanto cuando todo hacía indicar que el choque se dirigía a la tanda de penaltis.
El gol de Götze en el minuto 113 de partido es el triunfo de una idea, de un estilo, de la paciencia de una federación y de un entrenador. Todo eso significa el tanto del jugador del Bayern. Y es que la llegada de Joachim Löw a la selección alemana en el año 2004, como segundo técnico de Jürgen Klinsmann, y su posterior nombramiento como primer entrenador en 2006 supuso un cambio decisivo en el juego de la 'Mannschaft'.
El entrenador, con poco éxito hasta que se puso al frente de Alemania, decidió que una selección acostumbrada históricamente a arrollar con su físico al rival y superarle al contragolpe, pasase a ser protagonista. Y lo fue durante ocho años, pero se encontró con una de las mejores selecciones de todos los tiempos. Una España que les apeó de Eurocopa y Mundial, algo que no hizo cambiar de idea a Löw, que con el respaldo necesario y con unos jugadores de clase mundial como Müller, Schweinsteiger, Özil, Lahm o Kroos, ha conseguido finalmente la meta.
Para ello debió superar este domingo a una Argentina que fue un gran contrincante. Un rival que mostró su mejor cara de todo el campeonato en el momento justo y al que tan solo pequeños detalles le alejaron de su sueño. Son las cosas del fútbol, el día que mejor lo haces fallan cosas que en otra situación no suelen fallar.
Y es que en Maracaná Argentina demostró que es una selección magnífica, que arrastra tras de sí historia y pasión, y que llegado el momento no defraudó. Tan solo la mala puntería de Gonzalo Higuaín en los primeros 25 minutos evitó que la albiceleste se adelantase. El del Nápoles tuvo una ocasión clamorosa en el minuto 20, pero la mando fuera cuando estaba solo ante Manuel Neuer.
Fue tras un fallo de Kroos que estuvo mal en esta final, al igual que Müller. Ambos, y en general todo el centro del campo, notaron en demasía la baja de Khedira en el once por lesión durante el calentamiento previo a la final. Los hombres de Löw trataban de tocar y tocar, pero cada vez que perdían echaban en falta al jugador del Real Madrid para recuperar. Así Messi y Lavezzi estuvieron cómodos durante los primeros 45 minutos y generaron mucho peligro a una defensa alemana que veía como les llegaban hombres de azul por varios flancos.
A pesar de todo, la mejor de la primera mitad la tuvo Höwedes en su cabeza tras rematar al palo a la salida de un córner en el descuento. Se llegó 0-0 al descanso y Sabella cambió de manera ilógica a Lavezzi. Lo notó Argentina, como notó la baja por lesión de Di María, un tipo que te aguanta al equipo con su capacidad física.
Aún así comenzó mejor la segunda mitad el conjunto sudamericano que tuvo ocasiones en botas de Messi y Agüero, y reclamó un penalti de Neuer al 'Pipita'. El '10' argentino estuvo bien. No fue el mejor partido de su vida, ni siquiera estuvo cerca de ser una de sus diez mejores actuaciones, pero el día que su equipo le necesitó no se escondió y dejo varios destellos de la clase que atesora.
UNA GRAN PRÓRROGA LE DA EL TÍTULO A ALEMANIA
En los últimos minutos de la segunda parte Argentina guardó, se reservó consciente de que el partido se podía alargar 30 minutos más. Aprovechó Alemania para dormir la final y de la mano de un inspirado Özil lanzar algún ataque. Se comenzó a ver superiores a los teutones, pero al contrario que en la primera parte la ocasión la tuvieron los de Sabella. Palacio solo ante Neuer falló el control e intentó una vaselina que se fue.
Así se llegó a una nueva prórroga en el Mundial de Brasil. Ocho en total, récord de la Copa del Mundo igualando con Italia 90. Este Mundial ha sido sin duda uno de los más emocionantes, aunque por momentos el fútbol dejó que desear. Si hubo una selección cuyos partidos siempre se caracterizaron por el buen juego, esa fue la Alemania de Löw. Y en la última media hora de este Mundial no fue de otra manera. Alemania se sintió cómoda, dominó a una Argentina que tan solo podía ya salir a la contra de cuando en cuando y que se mantenía en pie gracias a la labor brillante de un Mascherano que dejó claro en esta final que este ha sido su Mundial.
A pesar de todo, a pesar del sacrificio y el alma que los argentinos le pusieron a la defensa, los alemanes acabaron encontrando el hueco en la zaga de los de Sabella, algo que no había conseguido casi nadie en todo el torneo. Fue en el minuto 113, Schürrle se fue por la izquierda en una carrera de treinta metros y puso el balón en el área, donde Garay y Demichelis cometieron el primer error grave de todo su Mundial, dejar solo a Götze.
El atacante teutón pinchó el balón con el pecho y sin dejarla caer se la cruzó a Romero con la pierna izquierda. Gran gol en un gran momento. Con tan solo 22 años Götze, como muchos de sus compañeros, asegura un gran futuro a los de Löw. A partir del tanto Argentina lo intentó con más corazón que cabeza o piernas, pero no pudo siquiera crear peligro ante un Neuer que se va de Brasil como mejor portero del mundo.
Con esta victoria Alemania iguala a Italia con cuatro Mundiales como la selección europea más laureada. Además sucede a España en el trono mundial y se convierte en el primer combinado no americano en lograr un Mundial disputado en aquel continente.
La selección alemana se va de este Mundial por tanto con una estrella más y habiendo dejado para la posteridad un partido de semifinales, 1-7 contra la anfitriona, en el que se pudieron ver posiblemente los mejores 20 minutos de cualquier selección de la historia en una Copa del Mundo. Todo eso se lleva Alemania de Brasil. El fútbol se lleva algo mejor, la idea de que es mejor proponer que destruir. La certeza de que apostar por una buena idea a la larga siempre da resultados.
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