Son multimillonarios que predican la redistribución obligatoria de la riqueza ajena, es decir, lo tuyo es mío y lo mío es mío. Como Michael Moore, de quien estas semanas atrás a raíz de su conflictivo divorcio, conocíamos su fortuna e incoherencias.
Se descolgaban Pe y Bardem días atrás con un repugnante comunicado, firmado también por otras lumbreras progres del subvencionado y aburrido cine español, posicionándose en relación al conflicto en Gaza a favor de las tesis de los terroristas de Hamás, y refiriéndose a Israel como autor de un “genocidio contra el pueblo palestino”. Como en USA, que es en donde estos niños ricos comunistas moran, aún sigue siendo un país libre, se montó una escandalera considerable. Jon Voight, padre de Angelina Jolie, no tardó en llamarlos ignorantes y exigir que pidan perdón al pueblo israelí. Los más prestigiosos comunicadores useños los pusieron a caer de un burro en sus programas. Y la pareja progre vio peligrar su carrera artística. Así que hizo un soberbio amago de rectificación, a saber: los que han leído su comunicado son tontos porque los han malinterpretado.
Aquí en España, a diferencia de en USA o en Alemania, su deleznable comportamiento, hubiera pasado desapercibido. Cosas de unos medios de comunicación tan frívolos y antiliberales como la oscarizada pareja.
El desprecio hacia las víctimas del holocausto nazi, la judeofobia de estos personajillos que viven o han vivido a costa del dinero ajeno por mor de la subvención, resulta escalofriante. Imputarle a Israel un genocidio, o tildar a los judíos de nazis, es una ofensa para cualquiera que tenga el más mínimo aprecio por la libertad. Y dos dedos de frente. La prensa alemana lleva días mostrando su preocupación por el rebrote del antisemitismo del siglo pasado en Europa. Aquí sucede lo contrario. Acaso porque en España la extrema y la no tan extrema izquierda española, además de la tradicional extrema derecha, se ha apuntado al antisemitismo nazi. Los extremos, ya saben, se tocan. El nazismo, al fin y al cabo, no es más que otra forma de socialismo. De ahí la orden impartida en su día por la Komintern, como figura en los archivos desclasificados de la KGB, de referirse a los del exterminio como nazis en lugar de nacional socialistas. Para ocultar el término socialismo.
Hitler y Stalin fueron aliados. Hoy lo son Bardem, Almodóvar, Pe, Yolanda Alvarez de TVE (qué vergüenza, Somoano), Pablemos y los totalitarios de Hamas o el gobierno de Irán, ese que cuelga a los homosexuales en las plazas por el hecho de serlo y lapida a las mujeres. Aliados de ese fanatismo integrista que en Mosul ha ordenado la ablación del clítoris de mujeres y niñas. O que en Nigeria secuestra menores por centenas. Curioso feminismo el de esta extrema izquierda. Curioso laicismo.
Aliados todos ellos con la tiranía más salvaje frente a la única democracia, al único pedacito de sociedad libre de la zona. Un Israel que, pese a personajes como Pe y Bardem, da la batalla por todos nosotros. Porque si cae Israel, ¿quiénes se creen estos idiotas que irían detrás?
Pero ese es justo el motivo origen de su judeofobia: su odio hacia la libertad, hacia occidente, hacia sí mismos. En la Alemania de los años 30 los motivos no fueron diferentes.
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