En Italia, donde 60 millones de personas se encuentran bajo medidas de confinamiento sin precedentes a nivel nacional, el número de muertos ha aumentado a al menos 827. Las autoridades han ordenado el cierre de todos los establecimientos comerciales, excepto los mercados de alimentos y las farmacias.
La economía de Italia se ha detenido casi por completo, y el primer ministro, Giuseppe Conte, describió el brote como la “hora más oscura” que haya vivido el país. Entre las personas recientemente fallecidas se encuentra Roberto Stella, presidente del Colegio de Médicos en la provincia de Varese, en el norte de Italia.
En Alemania, donde ha habido alrededor de 2.000 casos confirmados hasta el momento, la canciller Angela Merkel afirmó que es probable que la mayoría de la población contraiga el virus.
La canciller Angela Merkel sostuvo: “El virus se está propagando, la población no tiene inmunidad a él y no existe tratamiento, por lo tanto entre un 60% y un 70% de la población resultará infectada mientras la situación continúe existiendo”.
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