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“Amagi era un reto personal, una meta con la que había soñado siempre” | |||
| Entrevista al escritor Sagar Prakash, autor de la novela 'Amagi' | |||
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‘Amagi’ es la obra de debut del del autor indio-canario Sagar Prakash. Se trata de una novela de aventuras y viajes que recopila los cuentos espirituales de tradiciones milenarias. Con un notable éxito de ventas en Amazon ha sido recomendada por varios blogs y por parte de autores de la talla de Bernabé Tierno y Ramiro Calle.
Amagi es mi primer libro. Compuse un puzle tomando anotaciones en una libreta y luego creé un manual de noventa páginas. Era un esqueleto completo del libro con diálogos incluidos. Esa fue la parte más divertida. Luego hubo que aderezar los escenarios, crear un estilo literario, avanzar frase a frase, párrafo a párrafo, con disciplina durante seis largos años. Algunos días avanzaba varios párrafos y otros una simple frase. Cientos de páginas quedaron en el olvido, pero aquello que permaneció era aquello en lo que creía firmemente. ¿Qué te motivó a escribir Amagi? Era un reto personal, una meta con la que había soñado siempre. Pero la historia tenía que elegirme, y Amagi me buscó a mí. Creo que cada hecho de mi vida, cada inquietud me llevó irremediablemente a contar esta fábula sobre los sueños. ¿A qué crees que se debe su éxito? Según los propios lectores Amagi es un libro ameno, muy fácil de leer, plagado de frases y pensamientos para subrayar. Algunos me escriben diciéndome que es para leerlo dos veces: una para devorarlo, otra para meditarlo. Amagi es una fábula que sorprende en cada una de sus páginas. Está narrada con un lenguaje sencillo y fácil, donde se combinan la fantasía, el misterio, el amor, el drama y la pasión en una historia que recoge los cuentos más inspiradores de las tradiciones ancestrales. Si hubiese que resumirlo, diría que Amagi te muestra dónde buscar, pero no te dice qué ver. ¿Qué hay de autobiográfico en la novela? ¿Te sientes identificado con su protagonista? De mí en Yuseph hay todo y nada. Todo lo que Yuseph siente y aprende en su viaje lo comparte conmigo. Sin embargo, cuanto le sucede es ficción, ha sido trazado para entretener al lector a través de una historia envolvente, un cuento para adultos, una metáfora sobre la vida. ¿Tiene Amagi una moraleja que anima a buscar los sueños? Creo que el hombre tiene la gran capacidad de forjar su destino, pero indudablemente esa libertad está limitada por los factores externos que le rodean, y esa fricción entre ambos es la que moldea su realidad. Por eso, no basta con alcanzar nuestras metas, sino que debemos luchar por cambiar la sociedad, crear un mundo propicio para las nuevas generaciones, donde los demás también puedan hacer realidad sus sueños. El bien de todos es el bien de uno. Aunque no está del todo definida la época histórica en la que transcurre Amagi, ¿crees que se podría exportar a la época actual? Las reflexiones que atañen a los seres humanos son atemporales: hace dos mil años se planteaban las mismas preguntas que nos hacemos hoy. De Amagi se puede extrapolar que las enseñanzas vienen con el día a día, que la vida es una maestra muy paciente: si no aprendes, te repite la lección una y otra vez. Creo que avanzamos a tientas en la vida, aprendiendo a base de acierto y error. Te han comparado con autores como Bucay o Coelho. ¿De qué forma te han influenciado? Hay que entender que una vez terminado el libro, cada lector lo compara con sus propias referencias literarias. Agradezco las equiparaciones con autores tan afamados, sin embargo, si tuviese que mencionar escritores que me han influenciado profundamente a la hora de escribir Amagi, serían: Rabindranath Tagore, Buddhadeva Bose o Gibran Jalil. Ahora que tu primera novela se ha publicado en papel, ¿tienes pensado un nuevo proyecto literario? La editorial me ha ofrecido un nuevo proyecto, y como toda aventura comienza por un sí, esta no podía ser menos. Estoy trabajando en una recopilación de cuentos ancestrales. También está la promoción de Amagi en Argentina, México y Perú. Hace poco he comenzado a colaborar con las revistas Mente Sana y Yoga Journal, además de escribir mensualmente artículos para El País, Migrados. |
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