No existe un código concreto del gol perfecto, el gol perfecto muchos especialistas dirán que es aquel que gana un partido, aunque sea un gol en propia puerta y haya sido el más feo jamás visto. Para otros será un gol que se logra mediante una jugada con 70, 80 toques por parte del equipo que lo consigue, esto era muy habitual de ver en el Barcelona de Guardiola por ejemplo, que nos dejó en aquella memorable temporada 2009 una cantidad ingente de este tipo de goles monopolizando la posesión.
Otro gol perfecto es el que Diego Maradona logró ante Inglaterra en los cuartos de final del Mundial del 86 en el Azteca, para muchos es por unanimidad el mejor gol que se ha visto en un campo de fútbol, no solo por la jugada, sino también por su significado, el momento y por el escenario donde se desarrolló.
Años después Messi logró un tanto muy similar pero durante las semifinales de la Copa del Rey ante el Getafe de ahí que aunque haya sido un gol prácticamente perfecto la diferencia radica en los momentos en los que se lograron, siendo ambos goles perfectos pero con una trascendencia completamente diferente. Sin irnos tan lejos a principios de este mes de marzo Kylian Mbappé logró otro de similar factura.
Hasta aquí hemos estado hablando de goles en jugada colectiva o individual. Pero luego también nos encontramos con la magia individual de grandes jugadores que han logrado goles prácticamente perfectos. Y podemos recordar algunos.
Quién no se acuerda del gran Hugo Sánchez y su especial predilección por las “chilenas”. El 11 de abril de 1988, el mexicano logró uno de los goles más bonitos que se recuerdan contra el Logroñés. El delantero empalmó una chilena perfecta para batir al portero Juan Antonio Pérez, una genialidad que además permitió a su equipo ganar aquel partido.
Pero si hablamos de “chilenas” perfectas en inevitable rememorar la de Zlatan Ibrahimovic ante Inglaterra en el año 2012. Era un partido amistoso, cierto, pero el empalme que realizó el sueco desde 40 metros para batir a Joe Hart dio la vuelta al mundo, simplemente un gol perfecto que solo se le podía haber ocurrido a él.
Pero Zlatan a lo largo de su carrera nos ha dejado infinidad de goles imposibles. Cómo no recordar sus inicios con el Ajax, corría el año 2004. Partido de liga contra el NAC Breda. El sueco recibió el balón en la frontal del área con todos los defensores por delante. En una muestra de su inmensa calidad empezó a regatear contrarios pisando la pelota y eludiendo a sus rivales con una facilidad pasmosa, para definir de una manera estratosférica. Pero quizá sea su gol de espuela ante Italia en la Eurocopa del 2004 el más importante, por el momento en el que lo consiguió. Suecia estaba eliminada de la Euro, corría el minuto 85 de partido y en un balón suelto dentro del área pequeña de los italianos, el delantero se sacó de la nada un remate de tacón en el aire que se coló por la escuadra garantizando el pase de su selección a los cuartos de final del torneo. Son tan solo algunos ejemplos de los goles perfectos que se han producido a lo largo de la historia.
Utiliza este código del gol perfecto para conocer más detalles del artículo en cuestión.
|