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Los smartphones y el juego online: Una evolución meteórica | |||
El sector del azar mueve más de 10.000 millones de dólares al año | |||
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En la última década el teléfono móvil ha sido uno de los aparatos tecnológicos que más ha evolucionado. En el bolsillo ya no sólo llevamos una cámara de fotos, una videoconsola o un reproductor de música; ahora podemos convertir en cualquier momento nuestro entorno en el salón de nuestra casa para ver la televisión.
Con la llegada de los smartphones se abrieron nuevas posibilidades. Llegaron las aplicaciones móviles a las que en tan poco tiempo nos hemos acostumbrado y que en muchas ocasiones sirven para hacernos la vida más sencilla, o para permitirnos desconectar durante un rato. Esas aplicaciones han evolucionado muy rápido para tratar de proporcionarnos cada vez mejores y más realistas experiencias, que nos muestran un ambiente tan parecido al real que nos hace transportarnos. Un sector pionero en seguridad Cada día aparecen cientos de nuevas aplicaciones y otras tantas se actualizan con mejores contenidos. Millones son descargadas. Es el caso de las “apps” de casinos para smartphones y tablets, un nuevo concepto a la hora de jugar con dinero real y que ofrecen el mejor software de seguridad disponible en materia de datos personales e información bancaria. Prueba del éxito es que este sector mueva más de 10.000 millones de dólares al año. Estas empresas fueron las primeras en apostar por la popularidad de los dispositivos Iphone y Android. El avance que han tenido los casinos online ha sido notable en los últimos años. En una primera etapa ni siquiera se podía ver algo en la pantalla del móvil y no se apostaba con dinero real. Las aplicaciones eran un mero entretenimiento para más tarde poder canjear créditos con los que poder apostar. Las peticiones de apuestas de dinero real fueron aumentando y empezaron a crearse empresas dedicadas exclusivamente a esto, ofreciendo una mayor protección de datos. De esta forma aumentó el número de juegos seleccionables, ofreciendo una mayor calidad de gráficos (incluyendo “spots” con gráficos de diferentes temáticas) y de sonido hasta tal punto que las imágenes mostradas en vídeo corresponden a un casino real. Desde 2012 estas empresas han apostado fuerte por los sitios web responsivos, es decir, aquellos en los que su contenido se ajusta a la resolución de cada pantalla, independientemente del dispositivo que se esté usando. Los clásicos en la pantalla Para poder jugar únicamente es necesario instalar la aplicación en el dispositivo y elegir la modalidad de juego deseada. Aunque en ese aspecto también ha habido un avance y ya se está pudiendo jugar sin necesidad de descargarla, gracias a los sitios responsivos. Hoy en día hay una gran variedad de juegos, muchos de los clásicos que se pueden encontrar en cualquier casino como la ruleta, el póker, el blackjack o la máquina tragaperras. Las grandes ventajas de estos casinos virtuales son que, además de poder jugar desde prácticamente cualquier sitio o apostar cantidades de dinero más reducidas, también han incorporado juegos exclusivos para cada sistema operativo. |
El último ciberataque sufrido por el CSIC ha vuelto a reflejar la falta de ciberseguridad que hay en España. No solo entre las empresas, también en unas administraciones públicas que recaban miles de datos de gran valor y que en un contexto geopolítico como el actual son un claro objetivo de este tipo de agresiones.
El sector educativo se encuentra bajo una amenaza constante de ciberataques, con costes económicos y reputacionales alarmantes. Según un estudio, los centros educativos afectados por ciberataques enfrentan un impacto económico que oscila entre 4 y 6 millones de euros. Entre las amenazas más devastadoras está el ransomware, que bloquea sistemas y exige rescates exorbitantes.
La última actualización de la Guía de Cookies de la Agencia Española de Protección de datos (AEPD) refuerza los derechos de los usuarios, otorgándoles mayor control sobre sus datos personales. El cambio más destacado de esta nueva política de cookies radica en la obligatoriedad de obtener consentimiento explícito de los usuarios antes de recopilar o utilizar datos personales.
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