Siglo XXI. Diario digital independiente, plural y abierto. Noticias y opinión
Viajes y Lugares Tienda Siglo XXI Grupo Siglo XXI
21º ANIVERSARIO
Fundado en noviembre de 2003
Opinión
Etiquetas | Historia | Genocidio | Guerra

La enseña como arma

Vivan las caenas, grito de 1814 pidiendo el retorno del absolutismo al regresar el 2º mayor genocida español, el Borbón Fernando VII, estos energúmenos de hoy vociferaban y desean vivir con privilegios e impunidad
José Enrique Centén
lunes, 18 de mayo de 2020, 08:46 h (CET)

En ciertos lugares han salido en tropel la calaña más rastrera, ruin, indigna, innoble, abyecta, miserables sin escrúpulos vociferando «Libertad, Libertad, Libertad», denigrando su verdadero significado: la facultad y derecho de las personas para elegir de manera responsable su propia forma de actuar dentro de una sociedad. Pero esa gentuza no solo denigran su significado, lo tergiversan, porque su grito camuflado es: Vivan las caenas, grito de 1814 pidiendo el retorno del absolutismo al regresar el 2º mayor genocida español, el Borbón Fernando VII, estos energúmenos de hoy vociferaban y desean vivir con privilegios e impunidad, tal como vivían con el mayor genocida de España, el enano del Pardo, F. Franco, lo hacen envueltos en una bandera bicolor, la que nos representa a todos los españoles, aunque en el corazón de muchos y en el mío, es la Tricolor, pero ellos la enarbolan como lo que fue en 1936, el mismo bastión de guerra utilizado por la Marina española en 1785 en sus enfrentamientos con otras realezas europeas para distinguirse en la lejanía, ya que todas enarbolaban estandartes blancos, y marino español se le ocurrió colocar la bicolor, que aparece oficialmente en todos los edificios gubernamentales desde 1908. Y que Franco tomó en la incivil guerra, oficialmente el 30 de agosto de 1936, cuando en un principio utilizó la tricolor, como se puede ver en el Museo del Ejercito de Toledo, un estandarte bicolor con tres franjas iguales, y el aguilucho se colocó en 1938. Pero lo que más duele es la mala utilización de la enseña nacional, por ello se termina repudiando y despreciando, a ella y a todos aquellos que la llevan en pulseras, colgada en el automóvil, mascarillas, en la cadena del reloj, en la del perro, balcones y ventanas, algunos las respetamos sin aspavientos, porque es la que nos representa, pero está empezando a asquear por su mala utilización al enarbolarse a modo de arma y bastión guerrero al igual que desde agosto de 1936, no con el corazón como yo siento la Tricolor.

Noticias relacionadas

Censura. No la juzgo como una práctica muy denostada en estos días. Por el contrario, se me antoja que tiene más adeptos de los que, a priori, pudiéramos presumir. Como muestra de ello, hay un sector de usuarios que están abandonando cierta red social para migrar a otra más homogénea, y no con el fin de huir de la censura, sino por la ausencia o supresión de la misma en la primera de ellas.

Vivimos agazapados sobre los detalles mínimos a nuestro alcance y llegamos a convencernos de que esa es la auténtica realidad. Convencidos o resignados, estamos instalados en esta polémica de manera permanente; no aparece el tono resolutivo por ninguna parte. Aunque miremos las mismas cosas, cada quien ve cosas con matices diferentes y la disyuntiva permanece abierta.

El nombramiento de Teresa Ribera huele que apesta, aunque el Partido Popular y el Gobierno han escenificado perfectamente su falso enfrentamiento. Dicen en mi tierra que entre hienas no se muerden cuando no conviene o, si lo prefieren, entre bomberos no se pisan la manguera. El caso es que el Gobierno y sus socios ya celebran por todo lo alto ese inútil e inesperado nombramiento.

 
Quiénes somos  |   Sobre nosotros  |   Contacto  |   Aviso legal  |   Suscríbete a nuestra RSS Síguenos en Linkedin Síguenos en Facebook Síguenos en Twitter   |  
© 2024 Diario Siglo XXI. Periódico digital independiente, plural y abierto | Director: Guillermo Peris Peris
© 2024 Diario Siglo XXI. Periódico digital independiente, plural y abierto