La organización ecologista Greenpeace ha celebrado, este miércoles, que el proyecto del pantano de Biscarrués (Huesca) "ya es historia", después de que el Tribunal Supremo haya ratificado la anulación, por la Audiencia Nacional en 2017, del anteproyecto y la declaración de impacto ambiental.
"La decisión supone un hecho histórico y una gran victoria de las asociaciones ecologistas y ciudadanas y de los ayuntamientos, que llevan años liderando la lucha contra el embalse", han afirmado en una nota de prensa.
A su entender, esta sentencia debería motivar la revisión "de todas las grandes obras hidráulicas proyectadas que alteren los ríos y los hábitats naturales asociados" y es "una oportunidad única para iniciar una verdadera transición ecológica en la planificación hidrológica".
La organización ha señalado que el proyecto de Biscarrués ha supuesto "uno de los conflictos ambientales más significativos en el choque de la política de aguas española con las políticas europeas de protección de las aguas y la biodiversidad".
La construcción del embalse hubiera supuesto "afecciones ambientales negativas muy significativas, ya que destruiría un tramo fluvial en buen estado de conservación y con ello todo el ecosistema fluvial, y su flora y fauna asociadas, de interés comunitario y en peligro de extinción", han continuado desde Greenpeace.
La organización ecologista ha hecho notar que el proyecto afectaba a espacios de la Red Natura 2000 no sólo en el río Gállego, "también tenía impactos indirectos severos e irreversibles sobre las Zonas de Especial Protección de Aves (ZEPA) de Monegros y sobre sus especies de aves amenazadas, debido a la insostenible transformación en regadío de este área". Asimismo, las consecuencias negativas se preveían "devastadoras" para la economía y el futuro de la comarca afectada de la Galliguera, "que apuesta por un modelo de desarrollo basado en el uso sostenible de sus recursos y valores naturales", han manifestado.
Para esta organización, la Administración general "no ha sido capaz de demostrar el interés superior del proyecto en las décadas que lleva tramitando e intentando sacarlo adelante" y "tampoco se ha demostrado que no existan otras alternativas más racionales y ambientalmente sostenibles, frente a este embalse que destruiría tramos muy valiosos del río Gállego y afectaría gravemente a las poblaciones ribereñas".
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