A lo largo de la historia solamente dieciséis personas han ostentado oficialmente el título de príncipe de Gerona, aunque sus orígenes se remontan al siglo XIV. El primero fue Alfonso V de Aragón y en la actualidad este título le corresponde a Leonor, heredera de la Corona de España.
El título relacionado con la ciudad de Gerona se remonta al siglo XIV. El 21 de enero del año 1351 el rey Pedro IV, el Ceremonioso, instituye y otorga a su hijo y heredero, el futuro Juan I de Aragón, el título de duque de Gerona por Real Privilegio.
El título de duque de Gerona sigue vigente para los herederos de la Corona de Aragón hasta 1410, año en el que muere Martín I, rey de Aragón, sin descendencia. En estas circunstancias, las Cortes se ven obligadas a elegir sucesor, un destino que recae en un sobrino de Martín I y perteneciente a la Casa de Trastámara, el futuro Fernando I.
Paso de ducado a principado En el año 1412 Fernando I es elegido el sucesor de Martín I, y dos años más tarde eleva el ducado de Gerona a principado. De esta manera el principado de Gerona se equipara al de Asturias, este último instituido en 1388.
El documento Coronaciones de los serenísimos reyes de Aragón publicado en el año 1641 por Juan Francisco Andrés de Uztarroz, narra la coronación de Fernando I y su mención como príncipe de Gerona. En ella se recuerda como se le viste al rey con un manto muy rico, se le cubre la cabeza y se le da «la paz, y título de Príncipe de Girona, que después ha quedado por título de los Príncipes sucesores de Aragón, que hasta ahora solamente se habían acostumbrado a llamarse Duques».
En consecuencia, Fernando I otorga a su primogénito el título de príncipe de Gerona en el año 1416. De esta manera, el futuro Alfonso V de Aragón y III de Valencia se convierte en el primer príncipe de Gerona de la historia, título que reciben, a partir de este momento, los herederos de la Corona.
Sin embargo, al fallecer Alfonso V en 1458, su sucesor, Juan II, no lo recupera para sus hijos. Pero con el nacimiento de Juan de Aragón en 1478, hijo de los Reyes Católicos, estos rescatan el título de príncipe de Gerona para su heredero.
Durante el reinado de Felipe V (1700-1746) el título queda en suspenso al ser suprimidos los fueros de Aragón, Cataluña y Valencia. Concretamente el fuero de Aragón fue abolido el 29 de junio de 1707 con los siguientes términos, tal y como se recoge en la Nueva recopilación de las leyes del Reino y autos acordados: «Doi por abolidos i derogados todos los referidos fueros, privilegios, practica i costumbre hasta aquí observados en los referidos reinos de Aragón y Valencia, siendo mi voluntad que estos se reduzcan a las Leyes de Castilla, i al uso, practica, i forma de gobierno, que se tiene, i ha tenido en ella».
Setenta años después, en 1777, el ayuntamiento de Gerona solicita a Carlos III que restablezca el título de príncipe de Gerona, pero la petición no prosperó. Esta iniciativa se vuelve a repetir, sin éxito, en 1860 a la atención de Isabel II y en 1871 a Amadeo de Saboya.
Finalmente, el título es recuperado por Don Juan de Borbón y Battenberg, conde de Barcelona, para su hijo heredero, Juan Carlos I. Este rescate de la tradición de los títulos adjudicados a la Corona se plasma en el comunicado de la boda de Juan Carlos con la princesa Sofía de Grecia en 1961, en donde se le denomina como príncipe de Gerona, junto a los títulos de príncipe de Asturias y de Viana.
Por su parte, Juan Carlos I acepta este título para su hijo, Felipe VI, a través del Real Decreto 54/1977 publicado en el Boletín Oficial del Estado (BOE) el 22 de enero. En dicha disposición se puede leer que de acuerdo con la tradición sobre los títulos y denominaciones que corresponden al heredero de la Corona española, el presidente del Gobierno de España, Adolfo Suárez, con el acuerdo del Consejo de Ministros dispone que «Felipe de Borbón y Grecia, Heredero de la Corona, ostentará el Título y la Denominación de Príncipe de Asturias. También le corresponden los otros Títulos y Denominaciones usados tradicionalmente por el Heredero de la Corona».
Esta tradición sigue vigente en la primogénita de Felipe VI y heredera de la Corona, Leonor. Una tradición protegida por el artículo 57.2 de la Constitución: «El Príncipe heredero, desde su nacimiento o desde que se produzca el hecho que origine el llamamiento, tendrá la dignidad de Príncipe de Asturias y los demás títulos vinculados tradicionalmente al sucesor de la Corona de España».
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