La vuelta a la “nueva normalidad” empresarial en plena crisis del COVID-19 ha provocado una gran desmotivación entre muchos empleados, creando así un gran desafío entre todos los profesionales del ámbito de RRHH en nuestro país. La pandemia ha cambiado la vida de muchos trabajadores, tanto a nivel profesional como personal. Las causas de esta desmotivación son varias: casos de coronavirus en el entorno, ampliación de la jornada laboral debido al exceso de trabajo acumulado, nuevo modelo de teletrabajo, reducción de jornada o ERTE... Por ello, es sumamente importante apoyarlos y motivarlos en todo el proceso de vuelta a la nueva normalidad, para que se sientan mejor que nunca.
Cabe destacar que aquellas empresas en las que los trabajadores han regresado, han tenido que poner en marcha protocolos de seguridad y adoptar medidas para proteger la salud de la plantilla: uso de mascarillas, uso de alcohol en gel, distanciamiento entre compañeros, uso de escaleras en lugar del ascensor, cierre de zonas comunes como comedores, etc. Estas medidas han provocado que haya menos socialización entre compañeros y, en consecuencia, un aumento de la desmotivación por no poder vivir el entorno de trabajo de la misma forma que antes de la crisis sanitaria.
“El gesto que acerca”, la nueva iniciativa de MCI Spain Event Service En este contexto, empresas como MCI Spain Event Services, principal organizador de eventos, conferencias y congresos a nivel mundial, ha analizado el problema, adoptando medidas para que los empleados tengan una vuelta al trabajo más amena. La compañía ha lanzado la campaña “El gesto que acerca”, dedicada a los profesionales de RRHH, que está dividida en tres etapas: gestos con los empleados en casa, gestos en la oficina y, por último, celebraciones en la oficina, reuniones e incentivos en esta “nueva normalidad”.
En la primera etapa el objetivo es crear, de nuevo, ese vínculo entre el talento y la empresa, donde con pequeños gestos, se da un mensaje positivo y de agradecimiento al equipo. Detalles que no llevan una gran inversión para RRHH, como dulces personalizados con un mensaje motivacional o un kit de barman personalizado, entre otras, funcionan muy bien para esta primera fase.
Una vez en la oficina, a lo largo de la segunda etapa, se intenta fomentar interacción segura entre los talentos y la empresa y de allí crear pequeñas sorpresas y experiencias que no han vivido en los últimos meses trabajando desde casa. Experiencias culinarias o ideas creativas como devolverles su “primavera” que no han podido disfrutar este año y de allí crear un estand de flores en la entrada de la oficina. De nuevo son pequeños gestos que acercan a la marca con el empleado y crean interacción entre compañeros de trabajo.
En la última fase ya se crean experiencias y pequeñas celebraciones o incentivos que acercan más a lo que se ha vivido antes del confinamiento, pero con la seguridad y el distanciamiento necesario en esta “nueva-normalidad”. Primeras reuniones fuera de la oficina – con toda la seguridad post-COVID – viajes incentivos individuales, donde empleados viven una experiencia única con su familia, por ejemplo, permiten también aumentar este “gesto” hacia el circulo más íntimo del trabajador.
|