Estados Unidos registró más de 1.200 muertes por coronavirus el martes, la cifra diaria más alta desde mayo, con una persona falleciendo de COVID-19 cada 70 segundos. Los estados de Arkansas, California, Florida, Oregón y Montana reportaron, cada uno, un récord en su cifra diaria de fallecimientos por COVID-19. Mientras tanto, un nuevo informe federal advirtió que 21 estados cumplen con la definición de una “zona roja”, que requiere la toma de medidas enérgicas para retrasar la transmisión de la enfermedad.
En el estado de Texas, el recuento estatal de muertes por coronavirus aumentó un 12% el martes después de que las autoridades de salud hicieran cambios a la forma en que reportan los fallecimientos por COVID-19. Los datos revelan que los texanos que pertenecen a la comunidad latina son más propensos a fallecer por la enfermedad de manera desproporcionada.
Para aquellos que sobreviven a la COVID-19, existen evidencias crecientes de que la enfermedad puede causar daños a los órganos a largo plazo. Un nuevo estudio publicado por la revista de la Asociación Médica Estadounidense halló que de 100 pacientes de mediana edad que se recuperaron de COVID-19, 78 presentaron daños estructurales en el corazón.
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