El tenis español no sólo gira alrededor de Rafa Nadal y David Ferrer. La ‘Armada’ cuenta con más soldados como Nico Almagro, Fernando Verdasco, Roberto Bautista, Tommy Robredo, Gimeno-Traver, Marcel Granollers, García-López y Pablo Andújar (Cuenca; 1986). El conquense, afincado en tierras de Valencia, posee dos torneos ATP consecutivos en Casablanca (única cita del circuito ATP que se juega en el continente africano) y el recién ganado en Gstaad (Suiza). A pesar de los problemas físicos, Andújar ha completado una notable temporada -con debut incluido en Copa Davis- con la rúbrica del trofeo en Gstaad. El tenista conquense reflexiona sobre el paso al profesionalismo y acerca de sus deseos de crecer tenísticamente, centrados en hacerse un sitio en los Gram Slam. Su sueño: Roland Garros.
Pablo Andújar ha cerrado un notable 2014, con debut en Copa Davis y triunfo en el torneo de Gstaad (Suiza).
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En estos meses de descanso, ¿qué hace un tenista? ¿Cómo se prepara para afrontar la temporada 2015?
Pues mira, he estado unas semanas de descanso absoluta para desconectar y después ya me he puesto con la preparación física. He estado una semana sin jugar al tenis, donde sólo hice preparación física y ahora conforme ha ido avanzando la pretemporada, he ido quitando sesiones físicas y dedicando más horas a jugar al tenis. Ahora estoy alrededor de dos sesiones físicas y dos de tenis en algunos días. A veces, unas ocho horas al día.
Podríamos decir que tiene vacaciones trabajadas…
Sí, bueno, hay que prepararse para empezar bien la próxima temporada, pero son vacaciones en el sentido de que no estamos compitiendo, pero en realidad es incluso, a veces, hasta más cansado que un torneo de tenis. La diferencia es que no tienes la tensión de la competición.
Durante estos meses, ¿en qué está intentando mejorar para ser más competitivo en 2015?
Estamos mejorando… tratamos de mejorar pequeños detalles que son en los que yo creo que me hacen falta para mejorar como tenista. En este caso, son detalles con el saque, a nivel de velocidad de pelota, en el aspecto físico pues quizá me ayude a recuperar mejor algunas bolas, a perfeccionar la forma de defender mejor. Y sobre todo en la parte mental, dedico tiempo a concienciarme un poco de que soy capaz de ganar a buenos jugadores, de por qué este próximo año no puedo estar más arriba en el ranking.
Usted ha cerrado 2014 estando entre los mejores 50 jugadores ATP, como ya ha conseguido en estas últimas tres temporadas, y con el título de Gstaad (Suiza). ¿Qué balance hace, máxime cuando ha sido una temporada complicada a consecuencia de los problemas físicos?
A pesar de esas lesiones, creo que todo ha sido positivo. Esos problemas físicos me cogieron en una época en la que yo suelo normalmente jugar bien en los torneos de Casablanca (triunfos en 2011 y 2012), Conde de Godó, etcétera. Digo que ha sido positivo porque he sido consciente que, a pesar de estar entre un mes y mes y medio parado y sin poder competir, he conseguido jugar bien, llegar a hacer una buena temporada. Quizá otros años, aunque he conseguido un puesto similar en el ranking, no he conseguido hacer tan buen tenis porque he tenido épocas en las que he estado como ausente. Este año, he conseguido ser más regular y esto me da confianza para el futuro.
Y después de estos percances físicos, cómo decíamos ha puesto un broche magnífico a 2014 con el triunfo en Gstaad (Suiza) y un buen tenis en el Torneo de Valencia…
Sí, creo que ganar un título ha sido muy positivo. No se gana un título cada día ni cada año. Y ganar un torneo para un jugador como yo es complicado… es complicado y por eso lo valoras más. No estamos acostumbrados a ganar tanto como un Nadal, un Federer o un David Ferrer, que tienen muchísimos títulos. Es algo especial, la verdad, pero también lo fue el año pasado cuando alcancé las semifinales del torneo de Madrid, por ser también en mi país. El nivel que he dado me ha hecho competir muy bien con grandes rivales, como cuando gané a Berdych en el Torneo de Valencia; o como cuando tuve dos bolas de partido contra Nadal en el torneo de Río de Janeiro. Este 2014, creo que he subido de nivel en mi tenis.
Durante su carrera, usted ya ha quemado todas las etapas: ser profesional, ganar un torneo ATP, debutar en Copa Davis… ¿el siguiente paso sería concienciarse para aspirar a ganar un Gram Slam? Por condiciones y gusto… bien podría ser Roland Garros…
Sí, claro ese es mi siguiente nivel. Además, personalmente, como bien dices, París es el que más me gusta. Pero si ves mi historia en los Gram Slam… el balance es malo. Mi currículum es malo, porque siempre he caído en primera o segunda ronda. Nunca he conseguido hacer tercera ronda y eso que he estado relativamente cerca. Yo creo que un paso es llegar a esa tercera ronda y entonces, una vez que llegue a esa tercera ronda… es el momento de luchar por más. Una de mis mejoras pasa por jugar bien en esos torneos grandes, que son los más importantes y donde más puntos se reparten. Si eres capaz de jugar bien en un Gram Slam tienes mucho ganado a nivel de ranking, y eso también pasa por ser cabeza de serie en estos torneos… y ahora es algo que no puedo con mi ranking actual. Debo mejorar para alcanzar esta meta.
A la espera de su eclosión en un Gram Slam… muchos aficionados le descubrieron durante el Masters de Madrid de 2013, ¿cómo vivió usted esos días de gran tenis?
Fíjate, yo venía de una época mala. Estaba falto de confianza y tuve la suerte de que Manolo Santana me dio una invitación para el torneo. Llevaba tiempo ya entrenando mejor, pero no estaban llegando buenos resultados. Tuve suerte que me tocó ahí, en Madrid. Me hizo mucha ilusión por jugar en casa, donde yo notó algo más la presión y te cuesta rendir mejor. Pero en ese momento, creo que me quité esa presión de golpe en todos los partidos porque no tenía nada que perder. Y empecé a jugar bien y me liberé completamente de esa presión y conseguí hacer un muy buen tenis. Lo recuerdo como unos momentos muy especiales y emotivos. También por qué no decirlo por el reconocimiento en España, en tu país, de jugar contra Rafa (Nadal) en semifinales de un Masters 1.000, en un horario en el que todos te están viendo… aunque te reconozco que me temblaban las piernas. Pero fue muy, muy especial y bonito para mí. Esos días me hicieron creer que yo podía jugar bien al tenis, que podía ganar a buenos rivales, a tenistas como Marin Cilic (11º del mundo), John Isner (21º) y Kei Nishikori (16º).
Usted se ha enfrentado a Rafa Nadal y Novak Djokovic. No lo ha hecho aún con Roger Federer, pero ¿con qué se quedaría de cada uno de ellos?
Contra Federer aún no he jugado, pero viéndole desde fuera, admiro su sencillez y plasticidad con la que juega, y que a mí me gustaría tener porque soy un jugador, no voy a decir que soy un tronco porque no lo soy, pero sí me cuestan algunos movimientos y él tiene unos movimientos tan plásticos que yo le envidio. En cuando a Rafa, envidio su currículum y destaco de él a su persona, es una persona magnífica a la que el éxito no se le ha subido a la cabeza. Nadal es de una humildad sorprendente aparte de un gran tenista. Esa fuerza interior que saca tanto mental como física en cada partido es admirable. Sabe ganar partido jugando mal y nosotros, los tenistas, sabemos que esto cuesta mucho cuando juegas mal. De Djokovic… creo que me quedo con su tenis, es de lo más completo que hay, aunque Nadal y Federer sean mejores por currículum. Personalmente, creo que Djokovic es un tenista muy completo, prácticamente no le veo fallos. Cuando te enfrentas a él… dices “¡ostras! Cómo puedo buscarles problemas en la pista”. Es un jugador al que le veo muy pocos fallos.
Usted debutó como profesional ante Montañés en Costa do Sauipe, en 2007. ¿En qué ha cambiado Pablo Andújar durante todas estas temporadas?
Creo que en lo que más he cambiado es que ahora soy más consciente de lo que cuestan las cosas en el mundo del tenis. Cuando vienes del mundo junior, te crees la estrellita y piensas que vas a ganar un torneo ATP pasado mañana y que todo es muy sencillo. Y de profesional, con el paso de los años, te das cuenta de que esto no es así. Te das cuenta de que todo cuesta mucho y aprendes a valorar más los triunfos. Luego, técnicamente soy mejor jugador, son más definitorio, tengo más variedad de golpes que antes… Soy más experto en cuanto a los momentos clave de los partidos.
España está viviendo una edad de oro en el tenis con tenistas como Nadal y Ferrer. ¿Le ha afectado el fenómeno Nadal para bien o para mal? ¿Cómo ve el relevo generacional que aparece por detrás?
Yo soy del mismo año que Rafa y a mí el tema de comparaciones con Rafa no me ha afectado negativamente. El juego en otra liga muy diferente a la que juego yo. No me ha afectado, me ha ayudado a tener a alguien sumamente bueno cerca de mí, y a compartir vestuario con él en los torneos. El relevo generacional, por el contrario, es muy complicado. Actualmente, creo que el aficionado al tenis sí sabe valorar esta época, no sólo por contar con Nadal sino por tenistas como Ferrer que, aunque quizá esté poco valorada en terrenos publicitarios en España, si está valorado por el aficionado, que es consciente que Ferrer ha sido número 3 del mundo y que lleva no sé cuántos años seguidos jugando en la elite. Por esto creo que va a ser complicado el relevo generacional. Creo que nos va a venir un vacío, que el futuro no va a ser el mismo a esta época de tantos triunfos. Hay buenos tenistas y jugadores como Carreño, que irán subiendo de nivel… pero creo que no vamos a tener el mismo número de jugadores que tenemos ahora entre los diez primeros ni siquiera entre los cincuenta mejores del ranking ATP. No vamos a tener otro jugador súper clase, y no hablo ya de Nadal, sino de un David Ferrer. No creo que lo vayamos a tener en un futuro cercano. Por esto hay que valorar lo que tenemos ahora, hay que saber apreciarlo, porque es complicado tener etapas tan buenas como las que estamos viviendo ahora en el tenis español.
¿Cuál es su opinión acerca de la polémica surgida a raíz del nombramiento de Gala León como capitana del equipo de Copa Davis? ¿No cree que se ha magnificado este tema?
Sí, creo que se ha magnificado. Los medios tienen que crear noticias y en el país en el que vivimos esto vende bastante. Más que magnificado, creo que nos hemos desviado de lo que verdaderamente se está hablando que es acerca de la capitanía de la Copa Davis y de quién queremos o de quién creemos que es el mejor, el más indicado para ser capitán o capitana de Copa Davis. Ese es el tema. En cuando a la capitana, creo que el error que hubo fue que no se consultó, que se tomó la decisión demasiada rápida. Que Moyà terminó su capitanía y en pocos días ya estaba Gala León de capitana sin haberse consultado. No te digo que se tuviera que consultar con jugadores como yo, que hemos jugado poco en Copa Davis y que salvo que subamos el nivel tendremos complicado volver a jugar este torneo; pero creo que sí se debía haber consultado con los grandes espadas de este país antes de tomar una decisión sobre el relevo de Moyà.
Usted, en 2004, ganó Roland Garros en categoría junior en dobles con Marcel Granollers, ¿cómo recuerda ese momento? ¿Vio que tendría un hueco como profesional?
Bueno…, fue uno de mis momentos más felices, pero yo en ese momento tampoco sabía que iba a ser profesional de tenis. Si quería serlo, pero era una época en la que eres junior y no eres aún consciente de lo que valen las cosas, de lo que va a pasar, no sabes tu futuro. Entonces, ambos veíamos el tenis de una manera diferente. En aquella época era, no te voy a decir que por hobby, pero sí que se disfrutaba más del tenis porque era menos profesional de lo que es ahora. Tanto yo como Marcel vivíamos el tenis de otra forma.
Pero ese triunfo… no le hizo ver que llegaría a vivir del tenis…
Bueno… yo siempre he creído que con trabajo podía llegar a ser profesional del tenis. Pero también te digo que en aquella época… Mira, de hecho, cuando gané en Roland Garros, yo me estaba preparando para hacer la selectividad y cuando volví de París hice el selectivo y yo ya había hablado con mis padres que nos dábamos dos años para seguir en el mundo del tenis y ver cómo evolucionaba yo como jugador y si me iba a dar de comer o me daba cuenta que no serviría para el tenis. Pero sí te digo que yo siempre confiaba en que iba a ser jugador profesional.
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