El verano es la época del año que todos esperamos durante muchos meses… Bueno… Todos excepto nuestros pies…
Calor, cambios de temperatura, arena, ampollas de las sandalias y caminar todo el día sin calzado pueden dañar seriamente tus pies. Si ellos pudieran elegir, quizás prefieran el invierno y estar protegidos por unos cómodos calcetines.
Pero como de momento no podemos hablar con nuestros pies, a continuación os indicamos las rutinas y tratamientos de cuidado de pies para poder recuperarlos después del verano.
Lavado de pies En algunas religiones, antes de entrar en el templo de oración es obligatorio lavarse los pies. No decimos que tu casa sea un templo, pero si deberías tratar a tus pies como auténticos dioses. Aunque creas que llevar los pies negros da un estilo hippie y desenfadado, no te engañes, no es así. Si quieres seguir una buena rutina, demuestra adoración hacia tus pies y cuídalos todos los días.
Exfoliación Cuando caminamos mucho con sandalias pueden aparecernos las temidas ampollas. La piel muerta en los pies es de las cosas más incómodas y antiestéticas que existen. Que sepamos, todavía no somos serpientes, así que no debemos mudar nuestra piel y esparcirla allá donde vayamos. Hay numerosos métodos de exfoliación podal, dependiendo de las características de tu piel debes elegir el que mejor se adapta a tus necesidades. Puedes encontrar desde cremas exfoliantes orgánicas, limas eléctricas resistentes al agua, la clásica piedra pómez, y calcetines exfoliantes. Estos últimos te ayudan a proteger tu piel mientras caminas, además de exfoliar, también hidratan y suavizan tus pies de forma cómoda.
Hidratación Algunos de los productos más adecuados para unos pies hidratados son las mascarillas para pies. Algunas tienen formas de calcetín y aportan una hidratación y regeneración profunda. Otras mascarillas se aplican como cremas y suavizan la piel intensamente. Si lo que quieres es evitar que tu piel se seque por el sol, aplica un protector solar especial que no solo evitará quemarte, también prevendrá que tus pies se agrieten y pierdan hidratación. La piel es más resistente y elástica cuando está hidratada, por lo que es primordial para evitar infecciones de piel, durezas y callosidades. Sin embargo, no te recomendamos para nada usar crema en los pies durante el día, ya que de esta forma los calcetines absorberán la crema, y no tu piel, creando un ambiente húmedo dentro del zapato
Baño relajante Los pies soportan tu peso durante todo el día, sin duda se merecen un descanso. Al acabar el día puedes recompensarlos con un baño de agua caliente con aceites esenciales, sal gruesa o vinagre de manzana. Otra forma de recompensarlos son los geles fríos que reducen el cansancio y la tensión y proporcionan una agradable sensación de frescor. Es recomendable no tener los pies en remojo por más de media hora y sobre todo, secarlos muy bien después del baño para evitar hongos.
Los pies son nuestros mayores aliados en nuestro día a día, aunque haya gente que considere que sean feos, debemos protegerlos y mimarlos lo máximo posible. Un buen calzado y unas plantillas adecuadas pueden evitarnos bastantes problemas, pero lo más importante es comprobar cómo se encuentran cada día al llegar a casa. Así que recuerda, cuida tus pies, los vas a necesitar.
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