La Unión Europea espera que la cumbre prevista para este lunes con China sirva para lograr avances en materia comercial, en particular sobre la negociación del acuerdo de inversiones que el bloque europeo espera cerrar con Pekín antes de final de año.
La cita telemática, inicialmente programada para celebrarse de forma presencial en la ciudad alemana de Leipzig, estará enfocada en cómo desarrollar la relación entre Bruselas y Pekín, en especial en materia comercial y de cooperación para la lucha contra el cambio climático.
El presidente del Consejo de la UE, Charles Michel, y el presidente de China, Xi Jinping, junto a la presidenta de la Comisión, Ursula von der Leyen, y la canciller alemana, Angela Merkel, protagonizarán un encuentro en el que la UE espera pasos adelante en el área comercial.
Un alto cargo de la UE ha asegurado que se han producido avances desde que se celebró la última cumbre en junio, donde el bloque europeo exigió más compromiso a Pekín, pero que queda todavía trabajo por hacer para lograr el objetivo de cerrar el acuerdo antes de final de año, algo que en Bruselas creen que es posible.
"Ha habido una aceleración en las negociaciones desde hace un año y China ve también lo importante que es forjar acuerdo con la UE para que su acceso al mercado único no se vea dañado y porque la coyuntura por el coronavirus hace que China se quiera proyectar como una potencia capaz de alcanzar pactos", ha explicado.
En medio de la crisis derivada del coronavirus, Bruselas entiende que el comercio puede ser un importante motor para la restauración económica, por eso consideran que la pandemia ha favorecido el entendimiento con Pekín. En concreto, se han registrado avances en lo relativo a la transferencia de tecnologías y sobre los subsidios públicos en el mercado chino.
Si bien, el alto funcionario insiste en que faltan todavía muchos compromisos por parte del gigante asiático para hablar de una competencia justa y una reciprocidad de acceso al mercado. Por ello, la UE se marca como ejemplo el pacto firmado con Estados Unidos que facilita la entrada de productos agroalimentarios americanos al mercado chino.
El otro gran asunto que tendrán sobre la mesa Xi y los lideres europeos será la cooperación entre China y la UE en materia de lucha contra el cambio climático. En Bruselas consideran que China es un "buen socio" en materia medioambiental, pero a la vez es el principal emisor mundial, por lo que involucrar a Pekín en la política climática europea sería un gran paso para lograr sus objetivos.
En la capital comunitaria no se escapa que la ambiciosa agenda climática de la Comisión Europea puede quedar en papel mojado si no logra tejer alianzas internacionales para compartir esa exigencia.
En esa tarea de acompañamiento, Bruselas sugiere que los recortes en las emisiones fijados por China para 2030 pueden adelantarse a 2025 y que la meta de neutralidad, que el bloque europeo se marca para 2050, Pekín la puede lograr en 2060.
Todo esto son muestras de la gran sintonía existente en este campo, pues China comparte con la UE la necesidad de modernizar su modelo económico para hacerlo menos dependiente de los combustibles fósiles y aumentar su eficiencia energética. "China quiere ser el líder en la lucha climática y será una gran ayuda si la UE y China pueden trabajar juntos en esa dirección", ha argumentado otro alto funcionario comunitario. "Es un tema en el que buscamos cooperación y queremos tener a bordo a China", ha concluido.
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