Hace unos días el Colectiu Ovidi Montllor promovió un homenaje a Lluís Miquel Campos, una de las primeras y míticas voces de aquel movimiento de principios de los sesenta al que durante algún tiempo conocimos como “nova cançó”. Desde el País Valencià Lluís Miquel con “els 4 Z”, Raimon, Mari Carme Girau i Felix Estop fueron las primeras voces que, con sus canciones, llevaron el acento valenciano más allá del Sénia. Ahora más de medio siglo después de aquellas primeras actuaciones sus compañeros han decidido homenajear a quien tantas horas ha dedicado, desde diversos puestos, a hacer que la canción en la lengua del País resuene en diversos escenarios.
Durante todo el acto la emoción flotaba en el ambiente. Y al final un Lluís Miquel emocionado dio las gracias a público y músicos al tiempo que dedicaba un emocionado recuerdo a los compañeros desaparecidos recordando al Monle, Ovidi i Carles Barranco, y a los presentes les recordó que hay que trabajar por la memoria colectiva y la cultura. Y eso es lo que ha hecho Lluís Miquel durante toda su vida.
Lluís Miquel y yo somos viejos conocidos, más de cincuenta años hace que a lo largo del tiempo he venido presenciando sus actuaciones. Mis primeros recuerdos son de principios de los años sesenta del pasado siglo, los sitúo en alguna tarde de baile en el sótano del local del S.E.U., aquel sindicato falangista en el que en el momento de matricularnos en la Universidad nos afiliaban a todos de manera obligatoria. Aquel local, pese a lucir a la entrada un azulejo con los emblemas del fascismo español, era un remanso de libertad al reunir las inquietudes de los estudiantes más a la “gauche”, había teatro y había baile. Y tal vez en una de aquellas jornadas de baile intentando robar un beso es cuando vi a Lluís Miquel por primera vez, eran “Els 4 Z”. Lluís Miquel era el cantante, alto, delgado, con una caballera rizada, que todavía conserva, se aferraba a un extraño bajo eléctrico que no tenía nada que ver con los que conocíamos hasta la fecha. Cantaban en catalán temas, entre otros, de Peppino di Capri o Hervé Vilard mientras nosotros en la pista nos íbamos entrenando en la asignatura del beso y la ternura. La velada solía terminar en el cercano bar “Los Pajaritos o en “Casa Amadeo” con unos vinos y pinchos de tortilla.
Entre los años 1963 y 1967 “Els 4 z” van editar 4 discos con temas propios o adaptaciones de otros cantantes, especialmente de lengua francesa, también algún tema de Raimon. Especialmente de aquella época recuerdo la canción “Marieke, Marieke”, creo que traducida al catalán por Alfons Cucó.
Sus actuaciones se sucedían con frecuencia hasta que en febrero del 1968 una actuación en el cine Artis de València acabó con todo por culpa de un Gobernador con malas pulgas, el “poncio” de turno les hizo detener y posteriormente sus actuaciones fueron prohibidas. Todo ello llevó a la desaparición de “Els 4 Z”. Des de aquel momento las autoridades franquistas comenzaron a mirar con lupa todo lo que tuviera alguna cosa que ver con las reivindicaciones de la cultura y la lengua del País Valencià.
Pasó el tiempo y Lluís Miquel y los Z volvieron a los escenarios. Franco hacia poco tiempo que había muerto, eran tiempos en los que muchos pensábamos que todo era posible. Durante su obligado silencio Lluís Miquel había estado trabajando sobre nuevos temas, y al año siguiente, 1977, él y los Z presentan nuevo disco “Onze cançons i un adéu” con temas propios y también de Brel y Becaud, el cantante también había puesto sobre el papel pautado poemas de algunos poetas valencianos, como Albert García y Soler i Godes. Al final del texto que Lluís Miquel había escrito para presentar el elepé podemos leer “Os dais cuenta del mundo que ya hemos ganado”. Eran los primeros años de una democracia y por aquel entonces nos sentíamos llenos de fuerza para cambiar un mundo que no nos gustaba, pero llegaría la Transición y con ella la Constitución y todas nuestras esperanzas se irían fundiendo poco. A pesar de que muchos continuaríamos en la lucha diaria, unos componiendo canciones, otros escribiendo y otros luchando en distintas trincheras.
Pasado algún tiempo Lluís Miquel graba un doble elepé durante un recital en el Teatro Principal de València en compañía de algunos de sus compañeros de profesión, como Serrat, Pi de la Serra o Sabina. Entre los temas registrados volvemos a encontrar temas procedentes de la “chanson” y otros escritos por el propio Lluís Miquel, que en algún tema hace gala de una fina ironía crítica. Cada vez que nos hemos encontrado le decía a Lluís Miquel que debía grabar un disco con temas de Brel, para mi es quien mejor le ha interpretado en catalán. Finalmente este disco fue grabado en 2.018, una pequeña joya en el mundo de la “cançó”.
Nos encontramos delante de un personaje polifacético, cuando los vientos de la “cançó” no soplaban de cara se supo reinventar con la creación de la orquesta “Patxinguer Z”, que animó muchas verbenas y que se dio a conocer en España de la mano de Garcia Tola y su programa “Esta noche”.
Creó el primer estudio de doblaje del País Valencià, ha producido y creado “jingles” publicitarios, entre ellos el anuncio de unos conocidos supermercados valencianos. Una mala jugada fue que Canal 9 le dejará colgado debiéndole una importante cantidad por el trabajo que había hecho desde su empresa.
Al finalizar el recital de homenaje, un Lluís Miquel emocionado dijo a sus compañeros que le habían hecho tocar el cielo y que para defender la lengua y la cultura siempre podían contar con él. Lluís Miquel toda una vida en primera línea en defensa de una tierra, un País y una lengua. Pese a los años pasados desde aquellos primeros bailes en el S.E.U. todavía recuerdo los ardientes besos de alguna Marieke paseando por las calles de Altea o Calp teniendo como banda sonora las canciones de Lluís Miquel i sus 4 Z.
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